Capítulo 4

853 40 0
                                    

- Aitana

- Es que eres increíble.

- Lo siento, solo quería que lo pensaras. – se excusa

- ¿Qué es lo que hay que pensar?

- Es una gran oportunidad, siempre se te ha dado bien. Te... te encantaba.

- Tienes razón, Mama. Me encantaba. – por un segundo me mira con ilusión.

Hasta que me encargo de destruirla

- Ya no más.

Es que no entiendo cómo puede ofrecerme un curso de piano contemporáneo sabiendo que no toco hace doce meses. ¿o es que no se ha dado cuenta?

- Vale, lo siento. – se disculpa y yo ya no tengo más energía para seguir enfadada asique asiento.

- Yo también lo siento – me disculpo por explotar, pero en mi mente me disculpo por todo. Por no poder aceptar su oferta, por no poder tocar, por no poder ser la hija que echa de menos.

Mi madre se abalanza hacia mí y me abraza. La rodeo con un brazo mientras el otro lo dejo inmóvil entre ella y yo.

- Te quiero muchísimo, Aitana. Nunca lo olvides.

- Yo también, Mama. – cierro los ojos y me permito seguir en ese abrazo unos segundos más.

Narra Luis

- Pensaba que no vendrías – le digo, ya que llega diez minutos tarde.

- Pues aquí estoy. – señala

Desde mi silla a pocos metros de ella noto sus manos rojas y moradas, moretones disfrazándolas.

- ¿Qué te has hecho allí? – apunto a sus manos.

Me mira sorprendida y tira de las mangas de su jersey para tapar el dorso de sus manos.

- Nada – ve que no me cuela – me he caído – intenta.

- ¿Cómo? – indago y veo como suspira.

- Pues no sé, me he caído en la calle y punto. – se frustra.

- Vale – no le creo ni una palabra pero le dejo el beneficio de la duda mientras espera atentamente a mi próxima pregunta. – ¿te puedo hacer una pregunta?

- Me vives haciendo preguntas hace dos meses – alega

- Aquella sesión, hace unas semanas... ¿cómo sabías que toco guitarra? – cuestiono

Noto como se le escapa una sonrisa y puedo jurar que es la cosa más bonita que he visto jamás.

- Haces eso – dice mirando al suelo

- ¿Perdona?

Me mira... ¿nostálgica?

- Haces eso con tu mano – explica mientras junta las yemas de su dedo pulgar e índice haciendo con su mano un movimiento de arriba a abajo, simulando tocar una guitarra.

Sonrío. Porque tiene razón. Es algo que no me doy cuenta que hago pero siempre que pienso en una canción mi mano se mueve involuntariamente al ritmo del compás.

- Qué lista – reparo en su habilidad para observar. – asumo que tocas

- No toco la guitarra – afirma

- El piano – intento

- Sí – dice, no muy segura, mientras sus piernas comienzan a tambalearse de atrás hacia adelante. – de hecho... – duda – hoy mi madre me ha propuesto un curso de piano contemporáneo – comparte

- Eso está muy guay – digo, pero en su cara veo todo menos entusiasmo.

- No lo haré.

- ¿Por qué no?

- No puedo hacerlo – puede que esté loco pero creo que desde aquí noto como sus ojos se han aguado.

Como también veo que lucha por mantener esas lágrimas a raya. Y lo consigue.

Y yo me encuentro pensando en la cantidad de veces que ha tenido que hacerlo.

- El piano – tiento a mi suerte – ¿ya no te gusta?

Niega con la cabeza y ahora no veo a la mujer que veo cuando se sienta en ese sofá, sino a una niña asustada.

Para mi más absoluta sorpresa, se atreve a hablar.

- No puedo tocarlo sin pensar en ella. – dice con un hilillo de voz que me parte el corazón en cien pedazos.

Pero no llora. Solo mira el suelo.

- ¿También tocaba? – pregunto

- Ella me enseñó. Siempre la admiré mucho y... y todo lo que hacía pues, yo la seguía – recuerda

- Imagino que ella también te admiraba a ti

- No – sonoro y rotundo. Me mira.

- ¿Qué?

- No digas eso – pide – es como cuando dicen esa chorrada de que te están mirando desde arriba – explica enfadada – es una gilipollés, arriba no hay nadie. Y yo nunca sabré si me admiraba porque no se lo puedo preguntar porque ya no está. Y no va a volver. – suelta.

- Lo siento – me disculpo

- Da igual. ¿ya puedo irme? – y allí vuelve la Aitana que conozco. La que huye y se hace la indiferente.

- Se han cumplido las dos horas, sí.

Se levanta en silencio y sale del mismo modo. 


----------------------------------------------------------------------------------------

Holaaa! No sé si alguien esta leyendo esto pero ojalá esta historia guste. Si es así no duden en comentar/votar o sugerir lo que se os ocurra. Muchas Gracias!

-mc

Piezas RotasWhere stories live. Discover now