Capítulo 20

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Narra Aitana

- ¿Qué le dijiste?

- Que dormía en casa de Amaia

Cenamos en el piso de Luis y decido quedarme a dormir.

Lo ayudo a lavar los platos, más bien lo entretengo sentándome en la encimera y observándolo.

- ¿Echas de menos a Eva? – pregunto, mientras guarda el último plato.

Luis se coloca en medio de mis piernas apoyando sus manos a los lados de mis muslos.

- Sí, mucho. – sonríe

Me había mostrado mientras comíamos un vídeo que le envío María en el que salía su sobrina practicando con la guitarra que le regalo su "Tito Luis"

- Oye, ¿y tus padres?

- ¿Qué pasa con mis padres? – pregunta mientras sopla mi flequillo para hacerme rabiar.

- ¡Luis! – me quejo antes de acomodarlo. – no lo sé, nunca hablas de ellos.

- Ya, es que me fui de casa a los dieciocho. De Galicia a Madrid, luego aquí. – explica – y no los veo muy seguido.

- ¿Cómo se llaman? – nunca se lo he preguntado.

- Encarna y Luis – dice y a mí se me dibuja una sonrisa al escuchar que tiene el mismo nombre que su padre, no sé por qué me causa ternura.

- ¡Hala! Qué bonito – digo y él ríe

Me agarra de la cintura y me baja de la encimera antes de dejar un beso sobre mi flequillo.

Pero yo quiero más.

Me cuelo de su cuello y un beso que empieza siendo dulce y lento se transforma en uno apasionado mientras Luis me acorrala contra una pared.

En el medio del baile terminamos en su habitación, con él tumbándome en su cama.

Lo ayudo a quitarse la camiseta y después él imita mis movimientos con mi ropa.

Hasta que quedamos en ropa interior.

Tiro de su cuello para que sus labios encuentren un destino final en los míos y me dejo llevar por el momento.

En un rápido movimiento, Luis me quita el sujetador y se dedica a construir un camino de besos en mi cuerpo.

No puedo evitar estremecerme ante el contacto.

Besa mi clavícula, mi cuello, mi pecho, mi abdomen, y por encima de mis bragas.

- Luis – llamo

Luis se incorpora, poniendo sus manos a los lados de mi cabeza y me mira.

- ¿Paro? – pregunta

No quiero que pare, pero también me da vergüenza lo que sea que vaya a pasar. ¿y si soy un desastre? ¿y si no sé qué hacer?

- Es que...

- ¿Tienes miedo? – pregunta

- No es eso, pero, ya sabes.

- No, no sé –puntualiza y yo miro hacia un costado como si fuese a encontrar palabras de esa forma.

- Vamos, que nunca lo he hecho – suelto.

Luis ríe.

- Vale, hasta luego.

Piezas RotasWhere stories live. Discover now