Capítulo 13

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"¡Nat! Abre esta jodida..." Las palabras murieron en la garganta de Santi cuando él vio la luz exterior encenderse y oyó que la cerradura fue girada. "Bien, ya era hora."

"¿Qué estás haciendo aquí a esta hora?" Frunció el ceño, no teniendo duda que su hermano más joven estaba completamente borracho.

"¿Qué demonios intentas hacerme?" Santi pasó más allá de ella y atravesó el vestíbulo entrando a la sala de estar. "¿No me presentó a trabajar un día y tú ordenas una jodida auditoria?"

"Este no es el momento para hablar de esto, Santi. Vete a tú casa y duérmete." Nat se movió entre él y la oficina, intentando dirigirlo nuevamente hacía la puerta. Puso su mano en su brazo únicamente para tenerlo alejado.

"¡Vete a la mierda, Nat!" Pasó al otro lado del cuarto y dio un puñetazo por enfrente la madera del mueble del centro de entretenimiento. Se giró haciéndole frente y pudo claramente ver el crecimiento de varios días en su cara así como lo descuidado del cabello y las ropas. Santi había obviamente estado en un doblador y únicamente ahora había oído las noticias. "¿Qué piensas que estoy haciendo? ¿Robando de mi propia compañía?"

"No se lo que estás haciendo, pero no voy a dejar que esto continúe," devolvió el grito, mostrando un poco su propio mal humor. "¿Qué es eso, Santi? ¿Drogas? ¿Juego?"

"¡Vete al infierno, Srta. fuerte y Diosa todo poderosa!" Su puño se cerró de golpe en el gabinete con bastante fuerza golpeando un diminuto florero de copa. Solo que la gruesa alfombra salvó la antigüedad de romperse.

"Vete de mi casa, Santi."

"Tu casa," él se burló. "Crecí en esta casa de mierda. ¿Qué te da el derecho de decir que me vaya?"

"Compré la casa honradamente y a carta cabal de mamá y tu sabes eso." Sus ojos se empequeñecieron en la salvaje mirada, casi inhumana en los ojos de su hermano. Santi era bastante fuerte por si solo, pero si él estaba drogado...

Las sospechas de Nat fueron confirmadas algunos segundos después cuando levantó el extremo de la pesada mesa del café y la volteó. "Actúas como si fueras un ángel pero no lo eres, Nat ." Por el momento, estaba parado aún así ella mantuvo su distancia. Su corazón latiendo fuertemente con la adrenalina bombeando a través de ella. "Te sientas en esa oficina día tras día. NO tienes idea de cómo es trabajar para una vida," escupió, "no puedo solo chasquear mis dedos y hacer tu cartera más grande."

"No, pero puedes falsificar mi firma en un préstamo," ella replicó.

"¿Qué?"

"Incumpliste en un préstamo y tenían mi nombre en él como consignatario. ¿Por qué necesitabas un consignatario, Santi?"

El hombre de rubio cabello parpadeó algunas veces cuando comprendió la información. "Mierda. ¿Eso es todo lo que siempre te ha preocupado, no es así? ¿El dinero de mierda?"

"Alguien tiene que preocuparse acerca de eso. Tu por supuesto no. ¡Ahora vete de mi casa!"

"¡No es sobre eso! Me da igual lo que en tu maldita auditoria aparezca, no puedes echarme a patadas de la compañía." Un pensamiento se le ocurrió. "Puedes poseer la mayoría de la acciones pero no tienes control de los interés. ¿Piensas que alguien va a votar contigo para conseguir librarte de mí?" Dio una corta risa, su energía comenzó a desaparecer ya que para el colmo había estado cabalgando. "Enfréntalo, Nat. No puedes hacer nada sobre mí. ¿Piensas que mamá va a votar contigo para destituirme? ¿Carlos? ¿Elena? No puedes ganar esta batalla." Se dirigió hacía la puerta. "Cualquier tonto puede ver eso. Solo déjame en paz, hermana, o lo lamentarás." Santi cerró de golpe la puerta detrás de el, el sonido que reverberaba a través del cuarto. El corazón de Nat estaba palpitando con fuerza y podría solo suponer que Alba tenía miedo.

Accidental Love ( Adaptación Albalia)Where stories live. Discover now