Capítulo 30

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Alba siguió a Noemí dentro de la habitación y dejó la taza humeante de café en la mesita de noche. "Comenzaré el desayuno para los niños. Estoy segura que estarán levantados pronto."

"Gracias. Estaremos afuera en algunos minutos," dijo, sus ojos nunca dejaron a la durmiente mujer. Una vez que oyó el clic de la puerta cerrándose, Alba recargó las muletas contra la pared y se colocó al lado de su compañera. Se apoyó sobre un codo y bajó la mirada, silenciosamente deseando no tener que despertar a Nat. Incluso dormida la cara de la ejecutiva mostraba los signos del dolor. Los aún cerrados ojos mostraban la hinchazón por el llanto y no había paz en las cinceladas facciones. "¿Nat? Hora de despertar, cariño."

"¿Hmm?" Los ojos que no obtuvieron bastante sueño se abrieron con momentánea confusión. "¿Qué hora es?"

"Cuarto para las ocho," la joven mujer contestó. Nat gimió y se incorporó.

"Supongo que mejor me levanto entonces. Tengo un día ocupado delante de mí." Sus ojos se ensancharon en la vista del café que le era dado. "Oh, gracias." Tomó un trago y sonrió agradecidamente. "Necesitaba esto." Tomó otro trago, después miró a Alba juguetonamente. "¿Tú hiciste esto?"

"Noemí lo hizo."

"Oh Dios, Noemí." Nat puso su mano a su boca. "Tengo que..."

"Me ocupé de eso por ti," dijo Alba en un tono bajo, sus ojos traicionaban justo lo difícil qué había sido para ella ser la portadora de las malas noticias.

"Ven aquí." La alta mujer apoyó la espalda contra la cabecera y extendió su brazo derecho.

"Pero tienes cosas que hacer," dijo, aunque no había nada más en el mundo que deseara hacer en ese momento que acurrucarse en los brazos de Nat.

"Puedo prescindir de un minuto." Sus tristes ojos marrones miraban a Alba. "Realmente necesito sostenerte." Cuidadosa de no derramar el café, se abrazaron, la cabeza rubia apoyada contra el pecho de la ejecutiva. "Gracias."

"Si hay algo que pueda hacer..."

"Tú lo estás haciendo ahora," dijo Nat, presionando sus labios contra la cabeza de Alba. "Solo necesito algunos minutos de tranquilidad contigo antes de que salga allí y haga frente a cualquier persona." Tomó otro trago de café y comenzó ociosamente a acariciar los cabellos de miel. "Va a ver centenares de personas que estarán entrando y saliendo por los próximos días. Queen estará pasando mucho tiempo en el cuarto de lavado." Frotó su mejilla contra el suave cabello entonces tomó otro trago. "¿Si Joan y Elena se quedan, podrías ayudar a mantener a los niños ocupados? Les gusta jugar videojuegos contigo."

"Por supuesto, Nat. Cualquier cosa que tú necesites." Tanto como ella no deseaba hacerlo, Alba se separó del abrazo. "Mejor vuelvo allí y veo si Noemí necesita alguna ayuda. Además, estoy segura que quieres vestirte antes de que todo el mundo despierte."

"¿Noemí? ¿Ella no se fue a su casa?"

"No, está haciendo el desayuno."

"Dile que puede irse a su casa. No tiene que trabajar hoy." Nat estaba sorprendida de recibir un rápido abrazo. "¿Por qué fue eso?"

"Sabía que no la harías trabajar."

"Por supuesto que no. ¿Cómo podría esperar que trabaje después de esto?"

"Tú madre lo hizo cuando tu padre murió." Miró la mandibula de Nat tensarse.

"No soy como mi madre," dijo tajantemente. Arrojó las sabanas detrás y se levantó. "¿Alba, te importaría decirle a Noemí?"

Accidental Love ( Adaptación Albalia)Where stories live. Discover now