Capítulo 34

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"¿Probarás las costillas de cerdo?" Nat preguntó, pegando sus labios con satisfacción. "Te digo que, no hay nada como una buena comida china para llevar."

"No, no las he probado todavía," Alba contestó reservada, sus ojos nunca abandonaron su plato, el contenido que estaba siendo empujado alrededor sin objetivo por su tenedor.

"Deberías. Los rollos de huevo están bastante buenos también. Absolutamente nada de grasosos."

"Hmm Um." El brócoli y el cerdo sufrieron más cambios.

"¿Alba, pasa algo? Has estado silenciosa desde que llegue a casa."

"Nat, ¿puedo preguntarte algo?"

"Cualquier cosa, sabes eso."

"Si nunca le hubieras hecho esa promesa a tú padre... si nada estuviera siendo para ti un obstáculo... querrías..." La rubia mujer meneó su cabeza y levantó sus ojos con miedo e incertidumbre en su mirada. "¿Podríamos nosotras ser amantes?"

Ronnie se puso de pie. "Creo que hemos terminado de comer. Vamos a la habitación y hablaremos. Me ocuparé de los platos más tarde."

"Sí, eso sería mejor." Alba convino, levantándose en su pie bueno. Sí, tú y yo nos acurrucáramos juntas en el sofá... "¿Nat? estaría bien si solo fuéramos al dormitorio? Quiero decir, nosotras podemos siempre ver televisión allí adentro, ¿correcto?"

Campanas de advertencia y los silbidos explotaron en la cabeza de Nat y tragó reflexivamente. "Uh... ¿estás segura?" Considerando el tema de discusión, no estaba completamente segura que acostarse juntas en la cama era una sensata idea.

"Sí." Y con esa palabra dicha en voz alta, Alba se dio cuenta que sí, realmente estaba segura... acerca de todo. Una vez dentro del cuarto, Alba reclinó las muletas contra la pared y pacientemente se equilibró en su pie bueno.

"¿Quieres cambiarte primero?" Nat preguntó mientras bajaba las sábanas.

"No, estamos bien justo de la manera en que estamos." Una vez que las ropas de cama estuvieron listas, se deslizó entre ellas y rodó sobre su costado para hacer frente a la mujer que había capturado su corazón. Nat comenzó a unírsele. "Espera." Alba estiró la mano y encendió la lámpara. "¿Podrías apagar la luz?" Pronto el brillo fue substituído por una cálida, suave luz.

"Así que estamos en la cama y quieres hablar," Nat ofreció cuando se acomodó.

"Si aquí estamos," asintió apoyándose en un codo, posó la mirada en los ojos marrones sin fin. "¿Vas a contestar a mi pregunta? Si no hubieras hecho esa promesa a tu padre, podríamos ser amantes?"

"Creo que no estás segura..."

"Olvídate de eso por un minuto." Extendió la mano y recorrió ligeramente con la yema de su dedo debajo de la mandíbula de la mujer más mayor. "Si fuéramos solas tú y yo, nadie más." Ronnie estaba aún usando su camisa gris y con tres botones desabrochados, la visión era completamente tentadora. Alba movió su yema del dedo abajo de la cincelada mandíbula a la larga garganta y más allá, parando solamente cuando este encontró el borde del encaje del bra. Observó con cierto placer que la respiración de la mujer más mayor se había acrecentado.

"Alba, te amo y lo sabes." Nat extendió una mano y acunó su mejilla. "Si no hubiera obstáculos, si realmente fuéramos solo tú y yo, sí. Estaría muy feliz de ser tu amante." Fue recompensada con un rápido beso. Los curiosos dedos estaban conduciéndola a la locura pero no podía encontrar la fuerza para pararlos.

Accidental Love ( Adaptación Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora