Prólogo

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Jimin retrocedió, con una sonrisa extensa y enorme por su rostro, se encontraba al filo del barandal, Yoongi no entendía como el chico tenía el equilibrio perfecto para no caer, cada segundo que su omega se encontraba parado ahí con el fin del mundo detrás de su espalda le apretujaba el corazón con horror.

—¡Ven aquí! —Exclamó en un pobre intentó de normalizar su voz, se acercó, pero Jimin hizo el ademan de moverse y se quedó quieto en su lugar.

La noche era helada, y las ráfagas violentas sólo ponían nervioso a Yoongi, el sonido de helicópteros comenzó a escucharse desde la lejanía, las patrullas y sirenas podían verse diminutas desde esa enorme altura y Jimin seguía de pie ahí, mirándolo como si tuviera al mundo en sus manos.

El omega estiró sus brazos y su sonrisa se ensanchó.

—No sé que estupidez tienes en mente, omega, pero ven aquí –susurró Yoongi, intentó acercarse más pero su brazo herido le provocó un aguijón de dolor por todo el cuerpo, gruñó furioso, cuando tuviera a ese pequeño omega en sus brazos, lo castigaría tan mal por hacerlo preocupar.

—Mira a Seúl, Yoongi, mira a la ciudad...es un desastre, un hermoso desastre —susurró el rubio echando un leve vistazo hacia atrás y el simple movimiento hizo que a Yoongi se le revolviera el estómago, el más mínimo desliz y Jimin terminaría con su vida, resbalaría y caería treinta pisos abajo—, y estamos en la cima, presenciando todo... la ciudad muere, Yoongi, tal vez debería hacerlo junto con ella.

Y sin esperarlo, de la nada, Jimin dio el último paso hacia atrás.

Yoongi gritó su nombre con fuerza mientras corría al barandal, logrando sujetarlo de la mano con su único brazo sano.

—¡Maldito idiota! ¡te voy a matar en cuanto estés sano! —gruñó con enojo.

El viento golpeaba el rostro de Jimin, quien se balanceaba con una enorme carcajada, la sangre aún salpicaba su rostro, pero desde ese ángulo, con esa luz, y con ese fondo, Yoongi sabía que no iba a existir persona más hermosa que su omega.

La sangre de una de sus tantas heridas se escurría en su agarre, cada vez siendo más débil y Jimin no ayudaba en nada, mirándolo con una sonrisa.

—Alfa Min... ¿Qué tanto me amas?

El dragón dentro de Yoongi rugió como nunca, su bestia despertando de un sueño letargoso pidiendo con hambruna y ferocidad salir.

—¿Quién carajos amaría a un chiquillo desquiciado, con esa personalidad prepotente que odia los cafés, pero ama asquerosamente las bebidas azucaradas? A ese chiquillo, que, que adora que le jodan el cabello, ¿Quién jodidos es lo suficientemente valiente para aguantar tu dominante personalidad?

Jimin sonrió—tú...

Los helicópteros cada vez estaban más cerca, y Yoongi suspiró, sólo tenia que soportar un momento más, intentó levantar al omega por si mismo, su dragón tenia la fuerza suficiente para hacerlo, pero cuando casi subió el peso del omega, esté soltó una risilla, y de la nada, garras que no eran suyas se encajaron en su muñeca.

—¡No seas bastardo! —se quejó con un gruñido, sus ojos ahora de un potente rojo oscuro.

—Alfa min... atrápame.

—¡No, no, no!

Entonces Jimin se soltó. 









Gracias por leer, ahora me concentraré en las dos únicas bebés que tengo aquí uwu gracias por todo <3

-susy

Business World [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora