CAPÍTULO 7

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Estaba entre la espada y la pared. Mi loba quería ir con Alex y yo intentaba ir al opuesto, queriendo subir las escaleras con desesperación, pero estas dos diablesas con ganas de diversión me tenían bien sujeta y no tenía forma de escapar. Ya nos faltaba poco para llegar al suelo e iba notando más cerca su presencia. Esto era como estar en el corredero de la muerte, implorando por mi vida, para que al final me lleven a rastras hacia ella.

Dejé de luchar cuando bajamos las escaleras, pero aun así me tenían bien agarrada.

Nos colocamos frente a él. Miré al suelo, evitando el contacto visual entre los dos, y noté un pequeño gruñido de frustración por parte de él.

-¿Con qué tú eres el chico lobo? - preguntó Sara divertida.

Alex las sonrió a las dos, intentando encajar bien lo de "chico lobo".

-Sí, me llamo Alex, encantado de conoceros.

-Yo me llamo Sam y ella es Sara...y ya conoces a esta loba asustadiza.

¡Maldita seas Samy! La envié una mirada asesina mientras que yo recibía una disimulada carcajada de él. Hice una disimulada ojeada, pero no me di cuenta de mi error cuando me miró y tuve que desviarla.

Cuando estaba por decir algo, sus amigos se acercaron a nosotros.

-¿Qué pasa aquí? -preguntó uno de los cuatros.

-Joe, William, Ed, JP, os presento a las amigas de mi mate, Sara y Sam. Joe es mi primo mayor y estos son sus compañeros de universidad -dijo Alex, presentándonos a todos.

-¿Qué tienes una? ¿Por eso estabas tan deprimido? -dijo Joe con incredulidad, y Alex le fulminó para que se callara o dijera lo mínimo.

Yo le miré otra vez con disimulo, sorprendida. Los recuerdos de como lo traté me hicieron sentir culpable y triste. Alex lo notó y me presentó.

-Pues este personaje característico que sus amigas agarran con fuerza es mi mate, se llama Leyla -dijo y todos se rieron.

Le miré con enfado pero no dije nada, no tenía una buena contestación para darle.

-¿Y dónde está Nick? -preguntó Alex.

-Fue al baño, en un rato sale.

Mientras hablaban entre ellos, yo hablaba con mis amigas.

-Ya podéis soltarme. Esto me da mucha vergüenza.

-No hasta que lo digamos nosotras o nos lo diga tu chico lobo.

-Sois unas diablesas, ¿lo sabíais?

-Sólo queremos sacar algo divertido por todo esto -dijo Samy y miró a Sara con complicidad, ¿qué estarán tramando?

-Esto... Alex -le llamaron las doble S a la vez.

Se giró y puso su atención en ellas.

-Al parecer tenemos descuentos para el cine, pero son para dos personas y además finalizan hoy ¿Te gustaría llevarte a Leyla a ver una película?- dijo Samy.

Me quedé petrificada y mi loba saltó de jubiló mirando a Samy y a Sara como diosas en vez de como yo las veía ¡Serán hijas de...! Es como si lo hubieran tenido planificado desde el principio. Me moví de su agarre, pero Samy apretó más fuerte.

Alex la iba contestar, pero fue interrumpido por...creo que se llamaba William.

-¡Nick, estamos aquí!

Me giré para verle. Era un chico alto con aire soñador. Cabello corto y ondulado de color caoba y unos ojos negros contrastaban con su piel medio bronceada.

Empecé a sentir algo, pero no venía de mí, sino del agarre de Samy, que se había paralizado. Sus ojos estaban bien abiertos y ví como una pequeña sonrisa aparecía en su expresión. Miré a Nick, y él la estaba mirando con mucha atención.

Samy volvió a la realidad. Sara me soltó del otro brazo y Samy enderezó su agarre y llamó a Alex.

-¡Toma, esto es tuyo! -y me empujó hacia él, bueno, más bien me lanzó como una pelota. Las miré con odio y diciéndoles mentalmente "Ésta me la vais a pagar", pero Samy no me prestó atención y Sara desvió la mirada como quien no quiere la cosa.

Alex me cogió y puso su brazo izquierdo alrededor de mis caderas y me miró con triunfo. Una corriente circuló por todo mi cuerpo y le miré toda enfadada, pero mi cara ruborizada me delataba.

-Aquí tenéis el descuento -se lo dio a Alex en la mano libre- Y si me disculpáis, tengo un asunto pendiente -se dirigió a Nick y le cogió la mano cariñosamente y, disculpándose con nosotros, se fueron a dar una vuelta por el centro.

Miré a Sara con súplica, de que no me dejara a solas con Alex, pero ella entendió todo lo contrario.

-Chicos, ¿qué os parece si dejamos a los tortolitos que se queden solos y nos vamos a los recreativos?

No hubo una objeción por parte de ellos y se fueron con Sara a las escaleras mecánicas, dejándonos a Alex y a mí solos.

¿EH?

Me quedé callada, intentando asimilar todo lo que había pasado en cuestión de minutos. De repente, Alex cambia mi cadera por mi mano y empezamos a caminar.

-¿Adónde vamos?

-Al cine, está claro.

Me paré en seco y él tiró ligeramente de mi brazo para no hacerme daño.

-Leyla...

-¡Yo no voy a ninguna parte! -dije con voz temblorosa. Mi loba me gruñía.

Alex ladeó la cabeza y soltó un suspiro, resignado.

-Entonces, será por las malas.

Me agarró por las piernas y me cargó en su hombro. Grité de la sorpresa y él se rió.

-¡Bájame! ¡Bájame te digo!

-Tendrás que ser más educada para pedirme las cosas.

Alex siguió caminando, cargándome en su hombro en dirección al cine. Lo bueno de los hombres lobos es que tenemos una gran fuerza y podemos cargar cosas con facilidad, pero ahora eso estaba en mi contra. Las personas que pasaban por ahí empezaron a reírse y yo me moría de la vergüenza. Escondí mi cara en su espalda y susurré para que sólo él me oyera.

-Por favor, Alex...bájame.

Se paró y me bajó con cuidado. Al incorporarme quería verle la cara, que viera lo enojada que estaba, pero él movía la cabeza de un lado a otro, esquivando nuestra mirada.

-¡Vamos Leyla! -dijo firmemente y volvió a sostenerme la mano, poniéndome a su derecha.

Al principio no le entendía, pero al coger su mano sentí que sus pulsaciones estaban descontroladas. La excitación volvió a surgir y mis mejillas se pusieron rojas como él las tendría ahora.

Tensión Lobuna (Corrigiendo Partes) Where stories live. Discover now