CAPÍTULO 16

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#En este capítulo habrá contenido sexual. Quién no quiera leerlo que pase de las dos ***.

P.O.V Sara

No podía ser verdad. Cuando la reunión se acabó salí escopetada de allí, dirigiéndome a la estación de metro que estaba a diez minutos.

No podía creérmelo ¿Mi mate un vampiro? Cuando entró al salón su olor, desagradable para los lobos, para mí fue la más exquisita fragancia que haya olido en mi vida. Desprendía de él un aroma a rosas blancas con un toque de hierba cortada. Cuando me di cuenta mi loba gritaba de felicidad, pero nos quedamos petrificadas cuando vimos lo que era. En el momento en que nuestros ojos se cruzaron él también percibió lo que estaba sintiendo. Esos ojos azules habían derretido mi corazón y mi cerebro. De mi subconsciente pensamientos posesivos y lujuriosos hacían que sintiera placer por cada rincón de mi cuerpo, calentandome la piel. Deseaba reclamarlo ahí y ahora.

Inconscientemente agarre a Leyla, que me miró confundida, y antes de que se lo contara nuestro Alfa nos pidió escucharle. Cuando le oí decir esa frase su voz era como una melodía para mis oídos y no puede evitar una pequeña sonrisa por su chiste. Sin embargo, estaba muy asustada.

¿Por qué la Diosa me tuvo que joder pero bien? Si a Leyla le ha tocado a Alex a mí me toca a un vampiro para meterlo a un club de la comedia. Ya no me meteré con ella si ahora tiene una nueva estrategia para meterse conmigo. Vaya porquería.

Quise hablar con mi loba pero no respondía. Se había quedado desolada cuando se fue del salón. Creo que no le incomoda de que fuera un vampiro, con tal de haber conocido a su mate sin importar lo que era se sentía dichosa y feliz, al igual que yo.

Pero estaba muy nerviosa. No es que sea la primera en imprimarse de un vampiro, pero tampoco es que hubieran muchos. Este tipo de relaciones son muy difíciles de llevar. Los lobos somos más posesivos con nuestras parejas y los vampiros eran más liberales y despreocupados. Ya no éramos enemigos por naturaleza al haber sido engendrados por humanos a lo largo de los años. Muchos habían perdido esa pureza lobuna al igual que los vampiros, por lo que ya no éramos enemigos naturales. Sin embargo, aún quedaba ese odio por nuestra parte licántropa. Si pudiera llegar a hacerle algo...

¡Deja de pensar Sara! Vas a hacer que te estalle la cabeza. Sólo en pensar en él me hacía volverme más loca de lo que estoy.

Me encontraba cerca de la estación cuando siento el olor que percibí antes. Mi corazón palpitaba cómo loco y mi cerebro pedía que corriera, que huyera de ahí. Y así lo hice. Empecé a correr, pero sentía que me seguía. Hoy era noche cerrada. Mi visión era buena y era una gran rastreadora, pero comparada a un vampiro ellos eran mejores.

Dejé de percibirle en el momento que me metí en un callejón. Me quedé alerta, ¿Cómo podía ser? Gire sobre mis pasos por si le veía por la calle, pero nada.

El viento sopló hacía mí y su olor me llegó demasiado cerca. Me di la vuelta y ahí estaba él. La poca luz de la luna iluminaba su blanca piel y sus ojos estaban brillantes. No parecía real, era como si fuera una hermosa pintura de un museo.

Tragué saliva y mi loba salto de alegría dentro de mí. Él me miraba intensamente y me regaló una preciosa sonrisa haciendo que mi riego sanguíneo circulará más rápido.

-Hola...-dijo en un susurro. No se atrevía a acercarse, pero tampoco se alejaba aunque estuviera rígida.

Me quedé ahí parada, mirándole...más bien me lo estaba comiendo con los ojos.

-Qué te ocurre, ¿te comió la lengua el lobo?- Se burló de mí y yo me reí. Si que era rara para no enfadarme. Él se lo tomó bien, ampliando más su sonrisa- debería presentarme correctamente. Soy Edgar, un simple...vampiro.

Tensión Lobuna (Corrigiendo Partes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora