CAPÍTULO 19

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Llegamos a la discoteca a las 23:30. Salimos del coche y pongo el seguro. Cuando me volteo me quedo parada.

-¿Es aquí?

-Sí.

Me quedé con la cara desfigurada. La entrada era un antro y nada más al lado del portero había gente enrollandose unos con otros. Pues si que empezábamos bien la noche.

Sin embargo, lo que más me dejaba parada de ellos era por sus pintas entre punk y gótico, creo. No supe que tipo de fiesta era hasta que Dalyn me paso la ropa que tenía que ponerme. Llevaba unos vaqueros de cuero negro que para ponérmelos tuve que echarme todo él bote talco en los muslos. Una camiseta corta de tirantes que enseñaba mis brazos, mi escote y ombligó (vamos que sólo me tapaba las tetas) con el dibujo de los labios que sacan la lengua de los Rolling Stones. Dalyn quería pintarme el pelo parecido a ella pero me negué rotundamente. Ya me había dejado que me lo cardara para que me pusiera pintura por encima, aunque sólo me dijera que se quitaba al lavarlo. Y de maquillaje me había puesto la base, brillo rojo en los labios y me había perfilado los ojos con una ralla negra bien gorda que me hacía parecer felina. Me presto su chupa negra y al verme en el espejo parecía una motorista del infierno. Cuando le pregunté y quise darme cuenta de lo que iba la discoteca ya era demasiado tarde para echarme atrás.

-Me pica todo, ¿no podía haberme puesto mi ropa habitual?

-¿Y tener a mi lado a una pija de barrio? Te comerían viva.

Suspire de resignación. Si seguía sin moverme, mis pantalones iban a ahogar mis piernas.

-Vamos Leyla, nos lo vamos a pasar bien. Es un local muy famoso y todos los que han venido se lo pasaron genial.

-¿No era una inauguración?

-La inauguración después de haber sido reformada. Tuvieron que cerrarla porque en la última fiesta se descontrolo un poco la cosa.

Madre mía...

-Venga entremos -me cogió del brazo y me llevó hacía la cola para entrar, arrastrando mis botines con tacón por el asfalto.

Al llegar nuestro turno Dalyn enseñó las entradas, pero el portero, que media dos metros y con unos músculos dos veces yo, saludo amigablemente a Dalyn como si se conocieran de toda la vida ¿Pero cuántas veces ha venido esta tía?

Entramos y la música ya retumbaba en mis oídos. El local estaba repleto. Se veía muy poco, sólo se podía apreciar el lugar con las luces de neón de diversos colores que no paraban de pestañear al son de la música. Había un grupo tocando enfrente mía cantando muy fuerte temas de rock con sus solos de guitarra y la gente saltando en sus sitios con un brazo encima de la cabeza.

Recibí un tirón por parte de Dalyn que me llevo hacía un hombre que custodiaba una puerta. Le enseñó la tarjeta Vip que nos habían dado antes y nos abrió la puerta, cerrándose cuando entramos.

Estábamos en un pasillo iluminado por luces rojas y Dalyn sostenía mi mano guiándome ¿Dónde me llevaba esta loca?

- ¡Como me lleves a un cuarto oscuro te mato! -la grité.

Se empezó a reír a carcajada limpia y a agarrarse la tripa, pero aun así no me soltó.

-Tranquila, no eres de mi tipo -dijo con ironía y regalándome una sonrisa burlona.

Gracias a la Diosa que no fue así. Al final había unas escaleras de caracol y subimos por ellas. Después la luz roja se cambio a una blanca y al acabar las escaleras había otra puerta. Esto ya parecía el cuento de Alicia en el País de las Maravillas.

Tensión Lobuna (Corrigiendo Partes) حيث تعيش القصص. اكتشف الآن