Capítulo Dos

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El lugar se volvió un completo caos después de las palabras pronunciadas por la muchacha castaña, se escucharon voces hablar y dar órdenes sin parar, a los pocos minutos todos estaban dirigiéndose en un trasportador hacia la parte sur de la isla donde se vio llegar el barco, iban acompañados de agentes que estaban vestidos con trajes totalmente blancos.

Cuando la primera persona bajó del barco, fue abordada por Claire que estaba siendo escoltada por dos hombres.

Todos contuvieron el aliento al ver a una mujer con un tono de piel más oscuro del usual, similar al chocolate —alimento que era visto muy rara vez—, cabello corto que estaba rapado por una lado e intimidante mirada negra como pozos profundos, además estaba vestida con ropas oscuras y desgastadas que parecían haber cumplido su ciclo de vida hace mucho tiempo, pero esto no era lo que tenía sorprendidos a todos, ni siquiera su intimidante rostro que tenía una cicatriz atravesando su ojo izquierdo o su complexión musculosa, todo esto quedo de lado al ver a la persona que llevaba en sus brazos.

—Por favor repórtese —La voz de Claire rompió el silencio— ¿Quién es usted? ¿Por qué lleva a Evan Cooper en sus brazos?

—Sabía que los privilegiados eran como de otro mundo —expresó la intimidante mujer con un tono que estaba cargado de ironía—, pero no imaginaba que también carecieran de modales y sentido común —Se burló mientras ponía al hombre en una camilla que habían acercado, las armas se mantuvieron apuntándola en todo momento—. Soy Alicia Rodríguez.

Las miradas de Levi y Avery estaban cargadas de alivio. Sin embargo, este último pareció pensárselo mejor porque se acercó a la recién llegada.

—¿Tiene alguna forma de confirmarlo? —Esta le dedico una mirada de incredulidad—. Le rogamos que por favor que entienda la situación —explicó el pelirrojo con diplomacia—, usted acaba de llegar en un barco no reportado y con uno de nuestros hombres inconsciente.

Alicia estaba por responder, quería reírse de la irónica situación, había salvado a uno de los suyos, pero la trataban como una criminal; cuando otra voz la interrumpió, esta era suave y calmada.

—Está diciendo la verdad, acabo de confirmarlo en el sistema, sus datos coinciden con el registro —Todos voltearon hacia la joven informática mientras esta le regalaba una mirada cargada de agradecimiento a la mujer. Especialmente por salvar a su amigo—. Además, son los únicos que venían en el barco.

—En ese caso, señorita —indicó la líder de la isla—. Nos disculpamos por el malentendido... ¿Podría por favor explicarnos qué ocurrió?

—Estábamos alojándonos en una posada estadounidense —empezó a narrar—, tuvimos una reunión donde Evan me informaba que debía llegar a la Isla cuanto antes, también me entregó un organizador para que fuera más fácil comunicarme con él cuando pudiera venir, pero la noche siguiente atacaron el lugar, fue una locura, todo estaba sin control ocasionando muchos heridos y muertos —Hizo una pausa tensa—. Una bala logro darle, lo lleve a un hospital clandestino, pero no pudieron hacer mucho por él, así que tome un barco y seguí las indicaciones que me dio entre murmullos convalecientes, fue algo difícil —continúo narrando mientras tenía la mirada perdida, recordando el viaje—. Su comunicador se dañó, el mío estaba desconfigurado. No tuve más opción que navegar a la deriva hasta que logré dar con la isla.

Todos se miraron sorprendidos mientras escuchaban la historia, no sabían si pensar que esa mujer era muy valiente o por el contrario estúpida, después de todo pudo haberse quedado perdida en alta mar, pero la entendieron porque Evan era su única conexión con la isla así que no podía arriesgarse a perderlo. Una castaña en particular agradeció interiormente este hecho.

Isla ApiWhere stories live. Discover now