Capítulo Veinte

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Pasó un largo viaje por el territorio Kayhe, que fue hecho en el vehiculo de los jóvenes a pesar de que les advirtieron que tenían que dejarlo en cierto punto del camino, se toparon con la que creyeron era la última pared divisoria.

Como las anteriores esta solo tenía una ligera perturbación, era similar a ver a través de una cascada, pero el fondo se divisaba como una continuación del territorio. Cosa sabían que iba a cambiar una vez la atravesaran.

—Hasta aquí los acompaño —dijo Ry, que estuvo corriendo frente al auto para guiarlos en la dirección correcta.

—Gracias —dijo Levi—, dile a Vaysle que nos comunicaremos con ella cuando tengamos más información.

El felino asintió.

Los jóvenes admiraron un rato más la vista antes de subirse al vehículo para cruzar al otro territorio. Avery se acercó al tigre.

—¿Por qué nos han mostrado la cara linda de su territorio? —preguntó—. Su misión era asustarnos y probarnos sin llegar a hacernos daño, como ocurrió en las otras zonas.

Este emitió un sonido parecido a la risa.

—Eres buena deduciendo —insinuó—. Le han agradado a la reina, han hecho que ella quisiera mostrarles el mejor lado de los Kayhe.

—¿Estás seguro que es por eso? —Lo miró inquisitiva.

—Claro —afirmó—. También puede que no le guste seguir ordenes de los Lekh —admitió al final.

—Eso tiene más sentido para mí —aseguró—. Aunque me sorprende su comportamiento teniendo en cuenta que estaba vigilada.

Ry esbozó una sonrisa.

—Sabía que no lo pasaría por alto.

—Es obvio que no es de su especie.

—La reina no se equivoca, eres muy intuitiva, al igual que —cortó sus palabras.

Ella lo miró con sospecha.

—Tengan un buen viaje —concluyó desviando el tema.

La joven subió, el auto arrancó y Kuger los siguió, él los acompañaría hasta el territorio Lekh.

***

—Tiene que ser una broma —Fue lo que dijo Mark.

Cuando cruzaron al territorio Lekh, les pareció extraño que solo hubiera un campo amplio y verde frente a ellos, era demasiado normal, así que decidieron no dejarse llevar por la apariencia, cosa que los llevo a observar como la hierba desaparecía horas más tarde para ser remplazada por arena, lo que los llevó a pensar lo lógico.

Mar, eso era lo que estaba viendo los jóvenes, no se veía el fin de este, al igual que en la tierra tenia tonos azules y verdes, pero el agua era transparente.

El comentario del pelinegro solo fue producto de los remolinos que se formaban en el agua a cierta distancia. Estos se extendían de las profundidades del mar hasta los cielos, una visión aterradora.

—¿Cómo vamos a sobrevivir a ello? —secundó su hermana.

Mientras los jóvenes buscaban una solución, Kuger irrumpió sus pensamientos.

—No pasara nada —Estos voltearon a verlo—. Tenemos nuestros métodos de transporte, pero los lideres sabe que trajeron el suyo. Ellos despejaran el camino, no pasara nada.

—¿Piensan que confiemos en ellos después de que han admitido que disfrutan probándonos? —inquirió Alicia.

—Las pruebas se acabaron —aseguró el animal, lo ojos de la morena se mostraron decepcionados.

Isla ApiWhere stories live. Discover now