Capítulo Veintidós

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Stop, doble actualizacion, si no te llegó la notificacion del capitulo anterior, ve a leerlo.

ahora si continuemos.

***

Los mellizos llegaron.

Tenían semblantes tranquilos en sus rostros, dijeron que hablar con Kuger les dio resolución.

Estuvieron intrigados ante la falta de traje de sus compañeros, después de hablar decidieron que esperarían a la explicación larga antes de deshacerse de los suyos.

Pese a que confiaban en el felino, seguían siendo científicos.

Al siguiente día, Blaz ya no tenía su traje. Avery sonrió emocionada, Alicia le palmeo el hombro y Levi le giñó el ojo divertido.

Era extraño ver los profundos ojos azules del rubio.

—¿Esos son tatuajes? —preguntó Sarah—. Que sensual.

—No puedo creer que hasta ahora los notes hermana.

El joven se estaba cambiando, decidiendo que camisa le quedaría mejor.

—Sería raro que los hubiera visto.

—En las duchas del centro de entrenamiento se ven muchas cosas —bromeó el pelinegro.

—Lindos tatuajes —Halagó la castaña, para volver su vista a lo que hacía.

Todos dejaron de hacer sus cosas para mirarla, estaba sentada anotando cosas en su bitácora.

—¿Qué? —preguntó extrañada.

—Acabas de adular a Blazi —La morena movió sus cejas de forma sugestiva.

Levi rio, se llevó una mano al pecho.

—Me dueles, corazón... Creí que lo nuestro era real.

El rubio les dio la espalda mientras sus mejillas se calentaban

—¿Qué son ahora?, ¿Niños? —dijo mientas rodaba los ojos.

Con eso zanjó el tema. Pasaron a hacerle bromas a los mellizos por seguir usando los trajes.

***

Decidieron caminar hasta el territorio Lekh, a pesar de que Atler les ofreció un transporte, era lo mejor para familializarse con el entorno, solo les llevaría un par de días.

Este los despidió en la puerta opuesta de la que habían llegado.

—¿Qué animal eres? —gritó Alicia mientras se alejaban.

—Ya lo descubrirá, señorita.

La mujer rio fuertemente mientras se llevaba una mano a la espalda y hacia una venia, después de eso siguió a sus compañeros.

Caminaron durante un día, mientras observaban fascinados algunas cosas de ese territorio, los cielos eran espectaculares, el clima era cálido y la naturaleza abundante, hasta que pasaron cerca de un lugar distinto.

—Allí se hacen los rituales —comunicó Kuger ante el silencio de los viajeros.

—Es impresionante —dijo Sarah atraída por el lugar.

Un inmenso campo de flores de distintos colores se alzaba orgulloso frente a ellos, la científica estaba segura de nunca haber visto especies similares, en el medio de todos esto había un sector de colores arcoíris, pero tenía una textura diferente.

—Parece...

—Nieve —completó el rubio, este la había visto antes.

—Nunca he visto algo así fuera de los libros de texto.

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