Capítulo Quince

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Todo estaba oscuro, hace mucho tiempo no experimentaba algo así, sentía una asfixiante privación de sus sentidos, era tan horrible como estar encerrado en una caja que no podía abrirse, por más que intentaba aplicar técnicas para mantenerse cuerdo no podía tranquilizarse, se estaba hiperventilando.

Se sintió morir por un instante, su mente estaba tan nublada que ni siquiera recordaba porque estaba luchando, hasta que lo sacaron de allí. Durante un tiempo pudo escuchar movimientos arriba, alguien tiraba paladas de tierra, después de un rato esa persona quitó la tapa que lo encerraba.

Al incorporarse se dio cuenta de que el lugar donde estaba era un ataúd que había sido desenterrado y sintió ganas de vomitar, pero decidió concentrarse en mirar a quien lo había liberado, se sorprendió porque no veía a esa persona hace días, creyó que estaba alucinando.

Era Avery.

—¿Qué haces aquí? —preguntó con la voz rasposa.

No obtuvo respuesta.

En lugar de eso la chica empezó a caminar hacia el bosque, Blaz la siguió por inercia a pesar de que quería abrazarla o hacerle muchas preguntas. Estaba realmente aliviado de verla viva, pero ella continuaba callada.

—Avery —llamó inquieto.

La chica no le contestó, empezó a desesperarse por su silencio, así que la alcanzó y sujetó del brazo para que lo viera. Se arrepintió al instante de hacerlo porque al girar pudo ver unos ojos amarillos es su rostro. Fue hasta ese momento que se dio cuenta que ella no llevaba el traje ni su mascarilla.

La soltó asustado, mientras retrocedía de la impresión.

Lo siguiente paso muy rápido, un momento era la agradable castaña que tanto le gustaba y al otro era una bestia hambrienta que parecía burlarse de él, sus fauces estaban abiertas, cubiertas de saliva. Toda su presencia causaba terror.

Se echó a correr por instinto, solo duro unos pasos hasta que notó que el animal no lo seguía. Este se dirigía a otro lado, el rubio no pudo evitar seguirlo, aunque sabía que estaba mal, no tenía control de su cuerpo.

—¡No! —exclamó impactado, sin creer lo que veía.

La escena que se desarrollaba ante sus ojos era grotesca, la criatura tenía sus garras manchadas de sangre, de su boca sobresalía la parte inferior de una persona, mientras que las otras estaban mutiladas en el suelo, pudo ver la cabeza de la que suponía estaba en su boca.

Gritó aterrado.

Era su familia, sus padres y hermano muertos, mutilados y agonizantes. El bosque estaba lleno de sangre, sus rostros tenían marcados la expresión del terror, del sufrimiento.

Esta vez sí vomitó, cuando devolvió lo que no había comido, empezó a murmurar como un loco salido del manicomio la misma palabra.

—Imposible.

Estaba viviendo una pesadilla.

***

Llevaba toda la noche de guardia, calculaba que faltaba un par de horas para el amanecer, el ambiente estaba calmado y ninguna bestia los había atacado, concluyó que no lo harían hasta al amanecer, lo que la llevaba a sospechar de tanta calma.

Rumi observó a sus compañeros, Blaz y Sarah estaban dormidos profundamente, pero tenían expresiones intranquilas en sus rostros, como si tuvieran un mal sueño.

Entonces ocurrió.

Sarah gritó desgarradoramente entre sueños, la mujer pudo escuchar quejidos agónicos que apuntaban a una sola persona, su hermano. No tardó en deducir que tenía una pesadilla, pero decidió pasarlo por alto, ella más que nadie sabía el vínculo que los mellizos tenían, así que no le era extraño que esta estuviera afectada por la lejanía entre ambos.

Isla ApiWhere stories live. Discover now