Capítulo Veintiocho

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Pasaron algunos días.

Asher fue a comunicarles la decisión del concejo, al encontrarse rodeados de cámaras, no tuvieron de otra que actuar sorprendidos y mostrar su apoyo a la causa.

Tenían que andar con cuidado.

En especial bajo los lugares que tenían cámaras vigilándolos.

Los sitios seguros eran las habitaciones, que gracias a las modificaciones de Avery, no se veía ni escuchaba nada sospechoso.

Levi y su hermano estaban en el cuarto de este, los jóvenes tenían una especie de arresto domiciliario con beneficios, lo disfrazaban con la excusa de que los habitantes de la isla no podían verlo o se empezarían a hacer preguntas.

—Nos han dejado una gran responsabilidad —acusó el pelirrojo.

Asher le revolvió el cabello.

—Es extraño verte tan joven —dijo—. No tuvimos otra alternativa, son la mayoría del consejo los que apoyan la invasión, cometimos el error de mostrar nuestro desacuerdo al principio y nos tuvieron vigilados

—Eso explica porque las palabras claves y misterio.

El hombre hizo una mueca.

—Ahora tenemos más libertades, he tenido que hacer cosas de las que no estoy orgulloso para ganarme la confianza de esos ancianos.

—Algunos miembros de mi equipo tenían la esperanza de que cambiaran de opinión —El oji azul lo miró con incredulidad—-. Yo no, se cómo son, nada cambiara sus mentes corrompidas.

—¿Qué planean hacer?

—Evitar que lleguen los refuerzos y destruir la raíz del problema.

Su hermano asintió comprendiendo.

—Quisiera preguntarte que pasó del otro lado —admitió—. Sé que lo mejor es no saberlo ahora.

—Lo es.

—Sea lo que haya pasado allí, los ha cambiado para bien —comentó—. Me alegra que hayan encontrado un buen lugar, no sé qué haríamos de ser lo contrario.

—Hay un detalle más.

—Es algo malo, me imagino.

—Hay un traidor, pero aún no sé qué es lo que planea.

—¿Dentro tu equipo?

—Del otro lado, sospecho que tiene contacto con algunos miembros del consejo.

***

—Lo has logrado —añadió luego de una larga conversación.

—¿Qué cosa?

—Volver con vida.

Avery negó divertida, ver a Evan después de tanto tiempo era extraño, porque lo que un día fue su amigo que le llevaba cuatro años, ahora le llevaba catorce.

—Y tú has envejecido con elegancia.

—Eso no es gracioso —dijo divertido, pero su semblante cambió—. Me case hace un par de años.

La castaña cogió su mano.

—Está bien, eso era lo que quería —aseguró— ¿La amas?

—Lo hago.

Ella sonrió, luego se dirigió a la puerta para abrirla.

—Pudieron ser menos crípticos con sus mensajes, nos habrían evitado dolores de cabeza.

Isla ApiWhere stories live. Discover now