✦ Ⅰ ✦

480 33 7
                                    

Odio estos días, no pasa nada interesante, es verano y Koichi anda de luna de miel en estos momentos junto a Yukako.
Anoche fue la única fiesta en mi vida que disfruté, claro, estaba con mi mejor amigo, todo el lío de usuarios ya había acabado y no había nada que nos impidiese celebrar en armonía la unión de ellos. Han pasado catorce años, catorce tranquilos años desde el verano de 1999.

Fue una fiesta alocada, nunca pensé que se descontrolaría cuando Koichi me pidió ayuda para organizarla junto al nuevo foco del pueblo siendo ahora detective, me encargué de que no faltara nada y él de poner la fiesta más activa, invitando personas que nunca he visto en mi vida, gente que de seguro fue parte de su alocada adolescencia y de seguro después del desastre en 1999, habían un montón de chicas enviándole regalos, deseándole que se mejore pronto tras la pelea contra Kira y la madre solo le preocupaba eso, como si tuviera miedo que su hijo terminara siendo irresponsable y se convirtiera en su padre así que cada vez que una chica se intentaba acercar rompía el regalo y el único que se reía era yo. La vida no puede depender de alguien y esas chicas tenían que entender eso.

Tres años después, Tomoko Higashikata estaba furiosa con su propio hijo, salió de su casa y con la primera persona que se topó fue conmigo, chocó al punto de que caigo al suelo. Ella alcanzó a sostenerme y se disculpó en ese mismo instante conmigo, noté que no se sentía bien y quise ser amable con ella por primera vez en mi vida.

–¿Usted no es amigo de mi hijo?

–Señora, no tengo muchos amigos –admito–, ¿quién es su hijo?

–Josuke –responde–, Josuke Higashikata.

Casi se me iba el alma luego de saber que era la madre del tramposo de Josuke, tuve que ser suave con ella.

–No me agrada su hijo, señora Higashikata.

Pensaba que había sido suave pero de pronto empezó a llorar, por un segundo creí que era mi culpa, al que quería hacer llorar y teniéndolo de rodillas era a Josuke y no a su pobre madre de haber parido semejante ser humano.

–No es tu culpa –aclaró entre el llanto–, verás, el padre de Josuke nunca estuvo para nosotros y hace poco me entero por mi propio hijo la muerte del hombre solía amar, pensando en que volvería algún día y me entero por el imbécil de mi hijo que lo había conocido hace tres años y nunca me dijo algo al respecto.

Le di un par de palmadas en la espalda, no soy de mucho contacto físico pero tenía que consolarla.

–¿No quiere que la invite a mi casa? Está a una cuadra de aquí y allí puede relajarse si quiere.

Asintió con la cabeza y allí la había llevado.

A pesar de los insultos ella no parecía decirlo de verdad, estaba furiosa y eso es cierto pero había una cosa que ella estaba evitando.

–Señora Higashikata –le interrumpí–, perdóneme pero déjenme decirle algo.

–Claro –dijo, ya casi sin ánimo en su voz.

Pensé dos veces lo iba a decirle pero solo lo hice por ella, no por salvar el pellejo de Josuke.

–Voy a serle honesto, odio a su hijo con toda mi alma por las cosas que me ha hecho pero debo admitir que es un buen muchacho que se esmera por lo que hace y realmente no buscaría a hacerle daño a las personas que ama.

Le tomé la mano para que prestara más atención, no paraba de desviar la mirada una y otra vez, estaba muy apenada.

–Él la ama mucho y si se lo ocultó de seguro era para protegerla y le aseguro que el jamás sería como su padre, es tan fuerte como usted.

Ese día no dejó de abrazarme hasta que se relajó por completo, al momento en que se fue supe que iba a estar bien y cada vez que nos topamos nos saludamos como buenos amigos, es una señora de buen corazón.

El resto de los cuatro años fueron tranquilidad pura en mi vida, no quería a nadie más que entrara hasta en esa maldita noche.
Del traje revisé los bolsillos, fui rompiendo la regla de Yukako respecto a como andar en la fiesta, anduve como quise y eso nadie me lo puede impedir y yo ya me había dado solo una opción para esa noche. Mismo traje que utilicé contra ese niño jugando ese juego infantil de piedra, papel o tijera, claro que me retaron porque no podía andar con algo que me cubriera solo el pecho por lo conservadora que es ella.

Claro que estaba utilizando lo mismo que anoche este día pero de pronto cae algo de mis bolsillos, algo ligero, doblado de seguro cuatro veces. Una hoja de papel estaba en mi bolsillo y era algo curioso. Al momento en que la tomo en mis manos siento un aroma familiar a la cerveza que se había derramado pero no había ninguna mancha en mi pantalón ni el olor del alcohol proveniente del papel, al momento en que abrí el papel leí la siguiente nota.

"Quisiera verte más..."

Lo que parece ser una firma está borrosa junto al resto de palabras, al parecer el resto de tinta estaba fresca o se borró con algo más porque si fuera la cerveza ya hubiera borrado la parte que leí de la nota.

No puedo recordar quién habrá sido la posible persona que se haya acercado a mi y puesto esa nota, quizá pueda dormir tranquilo sin querer saber quién pero gran parte de quiere saber quién es, sabiendo que debería tomarme esta nota en serio. De seguro no será la última.

La última notaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora