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✦ Al acecho del sospechoso ✦

Supe que de vez en cuando él iba a la plaza luego de un par de día despertando. Pues allí empiezo a esperar con paciencia, creo que tengo ciertas sospechas y quizá algo positivo en esto, al menos parece que no tendré una herida física. Intento ver el lado positivo en esto al menos, a menos que sea de verdad una fanática obsesiva, allí si estoy muerto.
No quise suponer que mi espera sería tan larga, el lugar está más que tranquilo y es la segunda vez que lograría vigilarlo. Supe que el otro día había ido a una joyería y cuando salió parecía haberse ido con las manos vacías pero su sonrisa confiada decía todo lo contrario. Horas después había ido a una florería y cuando salía no llevaba nada en sus manos por eso es que desde ayer mi recorrido es pasando por mi casa por si alguien me habrá dejado algún ramo. El único gran problema que he tenido es que al parecer Josuke está empezando a sospechar. Ayer había llegado tarde y me pregunto que dónde había ido si debía quedarme casa, solo pude responder que quería caminar un rato ya que he pasado todo el tiempo encerrar y volvió a advertir que debía tener cuidado si alguien llegase a saber dónde estoy podría caber la posibilidad de la "fanática obsesiva" que llegase a hacerme algo que no querría saber cómo termina realmente.

Al parecer este día no vendrá al parque por la mañana. Iba saliendo del parque hasta que alguien choca con mi brazo.

–Lo siento –escucho al lado mío.

Es él, parece muy nervioso y no sabría si sentirme cómodo con sus nervios.

–Vaya gran sorpresa –sonríe aún más nervioso.

–Hazamada.

Seguimos caminando juntos pues tenía que seguir la conversación de una u otra manera así que luego un rato hablando me ofrecí como compañía hacia el destino que se dirigiera.

–¿Qué pasa? –cuestiono su nerviosismo.

Él suspira, realmente parece no tener la caras palabras ahora mismo.

–Verá, ¿no le ha pasado que siente que conoce a la persona indicada para usted y quiere dar un paso más con esa persona?

Ya veo cómo terminará todo esto, no quiero romper el corazón a nadie después de todo lo que sucedió con Jotaro.
Es culpa de Jotaro, me ablandó el corazón y eso no puede suceder.

–Podría decirse que si –respondo serio.

Ríe nervioso haciendo que yo esté aún más tenso y me den ganas de salir corriendo de allí mismo por más que me vea como extraño en la calle pero quiero huir.

–¿A qué se debe la pregunta? –cuestiono intentando no parecer interrogatorio.

Lamentablemente mis intensiones parece que relucieron y ahora está aún más nervioso. Vuelve a suspirar, acelera el paso de la caminata que estamos tomando por el pueblo hacia el lugar que buscaba dirigirse.

–Me gusta mucho alguien –confiesa–, mucho y necesito un concejo.

Creo que es él, debe ser él. Está nervioso, sus manos están sudando y de aquí se ve como las refriega contra el pantalón. Jotaro estaba igual que él cuando se declaró ante mi para pedirme la primera cita.
Hazamada se detiene repentinamente frente a una casa, ahora son mis manos las que sudan también.

–Solo sé tú mismo –respondo tranquilo– y por favor sé siempre tu mismo, eso hará especial el momento.

Él sonríe confiado por mis palabras, al parecer lo he motivado aún más. Sus manos ahora se dirigen con tanta desesperación a sus bolsillos buscando algo en particular, primero sacó sus llaves pero luego siguió hasta que la dejó quita y suspiró aliviado.

–Pensé haberlo perdido –saca una caja de su bolsillo.

Abre la cama y me la muestra con orgullo.

–Quiero proponerle matrimonio a mi novia, Koichi me dió la confianza de hacerlo después de llevar dis años de relación con ella y ahora que usted me suba el ánimo me siento aún más seguro de esto.

Le sonrío. Mi mente puede que haya pesando mal de él, quizá finamente ha cambiado después de todo, quizá le haga costado mucho y finalmente es una persona decente para esta sociedad. Apoyo mi mano en su hombro de manera amistosa.

–Te deseo lo mejor, Hazamada.

Asiente con la cabeza y se adentra a la casa para poder largarme del lugar.
Hazamada está tachado de la lista de sospechosos en mi cabeza, de hecho cuando miro atrás una mujer lo recibe con media mostrando un ramo de tulipanes rosa, se ven muy bien juntos, muy felices.

Sigo mi camino a casa de Josuke, me adentro con tranquilidad hasta que veo que por sorpresa a Josuke cruzado de brazos y con su uniforme puesto.

–¿Qué horas son estas, Rohan?

–¿Doce de la tarde? –respondo mirando la hora.

Niega con la cabeza y se acerca a mi, parece realmente preocupado.

–¿Dónde estuviste?

De pronto escucho pasos acercarse a nosotros y Shizuka aparece de la nada al lado de Josuke.

–Di la verdad –advierte– ¿por qué estabas con Hazamada?

–¡Bien! –colapsé– Era el sospechoso que tenía en mente, Josuke.

Deja de cruzar los brazos y me mira un buen rato en silencio mientras intento contener la frustración, se acerca lentamente a mi mientras aún sigo intentando retener todo de mi.

–¿Por qué no dijiste nada? –pregunta esta vez con mayor tranquilidad.

–Porque tenía miedo y no quería meterte en esto.

Asiente con la cabeza intentando decir que continúe. Siento que me cuesta respirar, voy a colapsar en cualquier minuto. Hace unos minutos tenía miedo de tener a Hazamada cerca de mi y ahora solo queda un sospechoso en mente, sospechoso al cual no puedo meter en la cabeza a Josuke.

–Y te juro –intento decir pero mi voz se quiera, suspiro intentando retomar tranquilidad–, te juro que no hay nadie más.

Cuando menos espero ya está frente a mi y me sostiene en el momento exacto en que ya no aguanto más, ya no puedo más con esto. Desearía no mentirle más pero no puedo, simplemente debo jugar al mentirosos esta vez con él y tuvo que soltar esas palabras mientras dejaba que el llanto de tanto aguantar estallara frente a él.

–Te creo, Rohan. Siempre puedes contar conmigo.

La última notaWhere stories live. Discover now