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✦ Niña en problemas ✦

–¡Basta! –exclama Josuke.

¿Qué pasó? Shizuka y yo discutimos por cuarta vez en el fin de semana.

–Los dos se tienen que aprender a tolerar.

–Él empezó, papá –reclama Shizuka.

–¡Basta! –vuelve a reclamar– ¡Puede que no te agrade Rohan pero basta de excusas, Shizuka!

Ella parecía estar a punto de llorar pero se retuvo frunciendo el ceño, me miró por última vez antes de ir corriendo a su cuarto. Después de eso era obvio que él y yo también discutiríamos para luego reconciliarnos, aunque la actitud de Shizuka haya mejorado en algo ya no se muestra con ánimo para nada. Ella cree que le robé a su padre pero cuándo entenderá que no es así.

Volvemos al presente, miércoles, mitad de semana, ella realmente no luce tan contenta otra vez. Esta mañana desayunamos en silencio. Luce tan callada y otra vez con su cabello desordenado, dejo la taza encima de la mesa y voy por una peineta en completo silencio, vuelvo y le peino suavemente el cabello mientras ella queda callada. Me detengo, esta sollozando.

–Ya veo el porqué papá te prefiere a ti –susurra mientras gimotea por intentar aguantar el llanto.

Se para del asiento, intenté detenerla.

–Shizuka, aún no terminas tu desayuno.

No dijo nada, solo se fue como si nada tocándose el brazo izquierdo y así se fue.
Dejo la peineta encima de la mesa y termino de tomar el café parado. Esa niña me tiene desesperado y si siguen las cosas así siento que he arruinado una relación perfecta de padre e hijastra. A pesar de no tener la misma sangre sí que se agradan y parecen tener mucho en común, cundo están juntos no hay nadie que los separe, se ven como una perfecta familia que a pesar de las diferencias siempre están para escucharse, quererse. Ellos crearon un hogar aquí y creo que lo estoy destruyendo.

Miro el reloj, casi se me pasa la hora. Salgo de casa con las llaves en la mano y una vez afuera cierro la puerta y aseguro sellarla con la llave antes de dejarla en mi bolsillo. Como estoy sin prisa camino tranquilamente hasta llegar a la Secundaria Budogaoka. Y pensar que aún tengo imágenes de mi mente de Josuke a sus dieciséis años con su uniforme y con esa actitud desafiante cuando le convenía. Después de lo sucedido con Kira claramente le marcó un antes y un después, cada vez que lo miró se ve han decidido, firme pero cuando me mira es como si viera ante mi un cachorro buscando cariño y su sonrisa era las más dulce que te derretías allí mismo. ¿Por qué detuve mi caminar? ¡Oh, claro! Me distraje, la gente ya me está mirando raro. Me sonrojo, ¡el gran Rohan Kishibe jamás se ha sentido tan avergonzado al pensar en alguien de esta forma! Ya con tan solo un par de pasos y ya escucho un ruido, escuché un grito y una voz sumisa.

–Será mejor que nos pagues mañana si quieres que esto no vuelva a suceder –se escucha a un muchacho, de seguro debe ser de un curso mayor de la secundaria deduciendo por la ubicación en que me encuentro.

Ellos siempre han sido unos matones, abusando de su poder por el hecho de ser mayores. Encuentro correcto el honrar al mayor, al hermano mayor que está con días contados para iniciar un curso superior pero esto es incorrecto, esto es abuso de poder.

–¿No ves que nosotros también pasamos hambre en el almuerzo? –se escucha una chica– Eres hija del mejor detective del pueblo, ya destacas aquí por eso así que no te pases de lista. Deja de ser tan lamebotas, mocosa porque nunca serás suficiente.

–Que no es la hija, es la hijastra –interrumpe el muchacho de antes–, más encima sus padres la abandonan. Mira por qué será.

Se escucha ha unas carcajadas, al parecer si es un grupo considerable como para que la chica se sienta hostigada.

La última notaWhere stories live. Discover now