019

80 11 12
                                    

✦ La verdad detrás de las notas ✦

Es tan extraño todo esto, entiendo que es un tema complejo pero cada día Josuke llega a casa estresado. Puede que le alegre que Shizuka y yo ahora nos unamos y nos agarramos confianza pero él cada vez pasa menos tiempo con nosotros.

Tras el desastre que dejamos en la escuela él solo se molestó por dos cosas, ninguno de lo dos le dijo por el acoso y violencia que sufría Shizuka y porque mi medida fue demasiado radical para resolver un problema así de grave y más aún por el uso de Stand que se ahorraría en contar a Jotaro para evitar más problemas. Lo que nos sorprendió es que nos felicitara porque logramos llevarnos bien después de todo, al final de todo hubo un abrazo entre los tres, Shizuka estando en medio de nosotros aferrado a su padre pero por un segundo sentí que pertenecía.

–Rohan.

Miré frente a mi, Shizuka me había quitado de mis pensamientos.

–¿Está todo bien? Entiendo que tú y mi padre sean bastante cercanos, diría que muy buenos amigos pero algo no anda bien aquí.

–No entiendo a qué te refieres –río intentando relajarme.

–Derramaste una lágrima, Rohan.

Me quedé callado. Ella siguió hablando mientras yo aún intentaba reaccionar a sus palabras.

–Pareces... estar enamorado de mi padre.

La miro y vuelvo a reír con nervios, tomo un sorbo del café y voy la peineta.

–No lo estoy, quienes si están locas por tus padres son todas las chicas detrás de él.

–Pero ellas jamás se compararían a ti y él claramente solo tiene ojos a una persona.

Empiezo a peinarla suavemente.

–¿Si? –dudo algo destrozado– ¿A quién?

Ella se da media vuelta con tal de verme, acaba de terminar de desayunar más rápido de lo normal. Parece estar muy emocionada esta mañana.

–A ti.

Shizuka sonríe, me deja sin palabras. Avisa que ella se quedará en casa de su mejor amiga porque quiere que hable con su padre acerca del tema, claro que solo yo sé el propósito de todo eso. Puede que esta sea mi oportunidad de aclarar mis sentimientos.

Cuando se fue de la casa quedé pensativo, esperé ansioso mirando el reloj constantemente. No pude trabajar en todo el día, no pude concentrarme, no me pude quedar quito. Mi estómago está revuelto, mis piernas quieren moverse constantemente por toda la casa aunque ya la he recorrido por más de diez veces, mi mente solo tiene imágenes de él. Josuke sonriéndome, diciéndome que me quiere, acariciándome, tratándome suave. Debo dejar el miedo ir y decirle de frente mis emociones y que desearía salir con él, Shizuka de ve totalmente abierta al tema y a ella le agrado, me llevo más que bien últimamente con Josuke a pesar de notarlo distante.

Tocan la puerta. ¡Debe ser él! Camino rápidamente hacia la puerta y no era.

–Tú.

–¿Decepcionado?

Frente a mi tenía al hombre más mentiroso que habré conocido durante toda mi vida, el sobrino del hombre al cual me estoy enamorando.

–Fíjese que bastante –sonrío sarcástico.

–¿Puedo pasar? Necesito hablarte.

Suspiro molesto. Miro el reloj, él ya debería estar aquí. Él aprovecha el momento en que estaba despistado para entrar, esa acción no solo me molestó, estaba a punto de gritarle un montón de insultos y cosas que sé que le duelen. Cierra la puerta y por alguna razón me callo.

–Necesitamos hablar –susurra.

Me cruzo de brazos, él carraspea y me queda mirando un buen rato. Tiene una mirada nostálgica pero sea lo que haya querido hacer se detiene solo.

–Sabes que lo siento mucho por lo que te he hecho pasar pero no he dejado de pensar en ti, esa es la verdad.

–Pero yo no siento lo mismo, he dejado de sentirlo hace un largo tiempo atrás. Te perdoné, te dejé ir y tú estás aquí, hostigándome para que vuelva a caer a tus pies.

Él frunce el ceño. Está claro que le he dado por dónde le duele y eso que aún he mencionado lo peor de él.

–¿Crees que tú encajas aquí?

Me quedé callado. Empieza a rodearme lentamente a paso lento mientras podía sentir cómo me miraba y me decía esa pregunta con claro odio hacia mí.

–A Josuke solo le empezaste a interesar porque lograste lo que ninguna chica pudo y es lograr la total confianza de su hija.

Se detienen los pasos, yo sigo mirando al vacío. Lo siento posando sobre mi hombro, su respiración rápida y sus manos acariciando mis brazos mientras yo seguía intentando aterrizar en todo lo que dice.

–Él te odiaba –susurra–, él confía en ti pero tú no eres capaz de decirle lo que tuvimos entre los dos y lo que sucedió el otro día en tu escritorio.

Siento cómo se aleja de mi cuerpo y mis pasos se detienen. Él sigue mirándome pero yo no soy capaz de volver a mirarlo.

–Serás un muñeco para él, Rohan. Tu realmente no encajas aquí y te recuerdo que a ti no te agradan los niños.

–Pero usted tiene una hija, señor Kujo –corrijo.

–Pero ella ya no es una niña, esa es la diferencia.

Quise darme vuelta pero no pude, no quería que viera cómo me derrumba ahora mismo.

–Le contaré a Josuke de ti, ya he perdido total respeto por usted.

–Él nunca se enterará –responde confiado a mi amenaza.

Se escucha la puerta abrirse y cerrarse, cuando me doy vuelta era él. Ya había llegado a casa. No sabía si alegrarme o asustarme.

Ahora hay una gran tensión entre los tres, tensión que no tarda en empeorar al momento en que Josuke mira a su propio familiar mirarle con odio sin razón aparente.

–Ya lo sé todo –rompe el silencio– y he aquí la verdad por las notas.

Esta vez me mira a mi.

–Las notas fueron enviadas por mi pero no era yo quien había tenido la idea, Jotaro me pidió que te las dará para que cuando se sintiera al borde del colapso me culpara de ser tu acosador.

Los dos quedamos en total silencio, tenia rabia en esos momentos pero aún faltaba por revelar.

–Como de eso me di cuenta enviaba a Okuyasu hasta que se me ocurrió la idea de adelantarme a lo que haría Jotaro para quedar como héroe y la última nota fue mi idea pero Okuyasu se equivocó, iba para Jotaro para cuando se diera cuenta pensara que fuiste tú y él solo revelara que escribía esas notas.

La explicación ya estaba dada. Jotaro alzó la voz hacia él para luego largarse en silencio, culpándolo de arruinar todo. Quedé a solas con él pero no puedo creer que pudo haberme advertido antes cuando inició lo de las notas. Se comportó como el mismo niño sumiso que conocí a un inicio.

Te perdí, Josuke Higashikata. Perdí tu honestidad que jurabas dar y jurabas honrar por la imagen de tu abuelo, tu familia, por tu pueblo.

–Gracias por la ayuda, detective –dije–, ya no tengo razones para quedarme aquí. Me iré hoy mismo.

–Rohan.

No lo escuché y fui al cuarto donde estabas mis cosas, empecé a empacar en ese instante.

Si ya me mintió con eso, ¿en qué más me mentirá? Al parecer las personas nunca cambian.

La última notaWhere stories live. Discover now