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#MiércolesDeLOC 🌚


EUPHORIA - PARTE 1


Entre todos los momentos más incómodos que he vivido, es probable que aquel encuentro en el estudio de Dhaxton sea uno. Lo cierto es que a diferencia de los muchos otros, este no se compararía. ¿Por qué? La tensión, el contexto y lo que sentíamos era diferente. De principiantes, por así decirlo. Diría que fue... como una preparación.

Seth se echó hacia atrás el cabello y este cayó hacia un lado con naturalidad. Una sonrisa lobuna se formó entre la comisura de sus labios, exponiendo sus dos colmillos afilados. Sin recato alguno, con una confianza seductora, caminó en mi dirección.

—Dhaxton, no me dijiste que hoy es noche de sándwich —dijo en un tono que exponía toda su masculinidad en cada palabra. Se acercaba con total confianza, poseído por un brillo extraño que me llevó a ocultarme tras el marco de la puerta. Estando a una distancia prudente, se mojó los labios y habló—: ¿Qué hay de nuevo, Angelito?

—Déjala en paz —intervino su amigo, antes de que pudiera reprocharle el apodo que me había dado—. Harás que salga huyendo.

—Ella no es así —puntualizó Seth, sin quitarme los ojos de encima—, ¿verdad? La única vez que salió huyendo fue cuando me vio teniendo sexo. ¿Por qué saliste corriendo? Mi culo es bonito.

Dhaxton dio pasos rápidos y se interpuso entre Seth y yo. Mientras Seth reía, decidió darle empujoncitos para que se alejara.

—Eh, eh, eh... —se quejó él—. Dijiste que puedo quedarme cinco minutos.

—Cambié de opinión —respondió Dhaxton, en un tono profundo y rasposo. Era evidente que la presencia de Seth lo fastidiaba—. No arruinarás mi trabajo.

—¡Espera, Dhax, no seas así! —se defendió Seth, logrando que su amigo lo dejase en paz. Hizo una pausa y se acomodó otra vez el cabello—. Voy a estar aquí, tranquilo, buscando mi paz interior y sin decir ni pio.

La mirada lobuna que cargaba con tanta intensidad al acercarse, se había esfumado. Ahora lo acompañaba cierta mueca ladina y arrogante. El instante en que nuestras miradas se cruzaron, supe que algo planeaba. Dhaxton se percató de ello, porque era bastante obvio, y se negó.

—Puedes decir lo que quieras, pero te conozco —le dijo—. Eres demasiado infantil y ruidoso, quedarte aquí sería darte pie para que hagas tus comentarios.

—¿Cuáles comentarios? —inquirió, ofendido— Me quedaré aquí, quieto, como un niño bueno.

—De niño y de bueno tienes poco.

Tuve que cubrirme la boca para que mi risita no interviniera en su discusión. Los dos eran igual que una pareja de casados que discutían por quién se quedaba a dormir en la sala. Para tener esa clase de momento se necesitaba años de amistad y, al parecer, entre ambos existía esa divertida confianza.

—¿Por qué no le preguntas a ella qué quiere?

Seth me apuntó con su barbilla. Los ojos de ambos chicos cayeron sobre mí nuevamente, en busca de una respuesta.

—Porque ella quiere lo mismo que yo —respondió Dhaxton tras mi silencio.

—Yo quiero largarme de aquí —dije entre dientes. Eso estaba claro, si no fuera porque necesitaba pagar lo del auto, seguro que ya me habría largado—. Pero eso es imposible.

LA OPCIÓN CORRECTA EAM#1 | A la ventaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora