22

44.8K 5.6K 13.5K
                                    


Capítulo dedicado a eiragg_ por ser la más acertada en responder el increíble y dificilísimo reto de los emojis. ¡Felicidades! :D


*El capítulo no está corregido, disculpen mi dislexia :c*


ASÍ EMPEZÓ


—Señorita..., ¿dónde la dejo?

La mirada del taxista a través del espejo retrovisor sopesaba en mí. Ya se me estaba haciendo costumbre perderme en mis pensamientos y que fuesen otros los que tuvieran que agarrarme en el vuelo para aterrizarme.

—Ah, sí... —Mi mandíbula estaba tan apretada que al hablar me dolió. Como no había tiempo para quejarme (o preocuparme), miré por la ventana para ubicarme—. En la siguiente esquina, por favor.

Bajé del auto luego de pagar y me quedé de pie en la acera abriendo mi paraguas. Mientras algunas personas pasaban bajo sus paraguas y otras buscaban refugio en locales de comida, me pregunté si era buena idea ir a la sesión con Dhaxton.

Estaba cabreada, lo que significaba que, por una parte, mis deseos de verlo o seguir sus instrucciones rozaban la inexistencia. La otra me pedía verlo, enfrentarlo, comprobar que mis sospechas eran ciertas. Sin embargo, cuando estas lo señalaban, mi propia conciencia me decía que no podía juzgar.

Al llegar frente a la enorme puerta del estudio, me sumergí completa en los nervios. Se trataba de ello u otra cosa que no pude descifrar dado al estruendo que hacía la puerta al abrirse.

Dhaxton me esperaba, porque ni siquiera tuve que llamar. Aquello era una muestra más de que gustaba adelantarse a los movimientos de otros, ir por delante.

—Otra vez no has traído el cactus que prometiste.

Pronunció Dhaxton al recibirme en el interior. No lucía decepcionado, tampoco me pareció que fuese un comentario de reproche; parecía que buscaba bromear conmigo, mostrar una faceta suya diferente.

—No importa, la próxima vez será —añadió cuando mi silencio se convirtió en un cuchillo filoso—. Hoy quiero intentar algo diferente, ve al probador.

Dentro del probador se encontraba el nuevo vestuario, colgando de una pecha cuidadosamente puesta junto al espejo de cuerpo completo. Era un vestido rojo ajustado y de escote prominente que terminaba en el ángulo entre mis pechos, con encaje del mismo color que en la zona del pecho formaba una V que detenía su punta un poco más abajo del pecho.

Era hermoso, aunque demasiado atrevido para lo que solía ponerme.

—¿De verdad tendré que usar esto?

—¿Te intimida la ropa roja o es que te decepciona porque no tiene amarillo?

Con lo observador que Dhaxton era, claro que se había percatado de que mi color favorito era el amarillo y todo lo que usara debía tener al menos un círculo con dicho color.

Dejé a un lado mis cosas y me puse lo que él había elegido para mí. Frente al espejo, dudé si era yo la que se reflejaba. Me veía más adulta, más sexi y con el semblante de querer robar unas cuántas miradas.

—En la cajonera encontrarás maquillaje —dijo cuando pretendía salir.

—No soy una profesional...

LA OPCIÓN CORRECTA EAM#1 | A la ventaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora