17

14.9K 874 450
                                    



Cuando desperté, miré a mi alrededor. Estábamos en la cueva que encontramos JJ y yo por la noche. Después de que me hubiera besado.

Ahora lo tenía abrazado a mi detrás, tumbados en la roca fría de la cueva. Tenía sus brazos alrededor de mi cintura y su cabeza entre la mía y mi hombro.

La noche anterior, después de que JJ me besase, estuvimos buscando un sitio donde dormir y estuvimos horas hablando antes de caer rendidos.

Él estuvo muy cariñoso conmigo, aunque no mencionó el beso en ningún momento, pero era otro ambiente entre nosotros. No habíamos discutido en el resto de la noche. Pero yo no podía parar de pensar en ese beso. Me había gustado tanto que era imposible quitarlo de mi cabeza.

Noté cómo se movía, como despertándose, y rápidamente me separé de él porque me daba vergüenza ver su reacción al vernos así. Me senté en el suelo frío y apoyé mi cabeza en la roca. JJ abrió lentamente los ojos y después se estiró haciendo un ruido muy raro que me hizo reír.

—Buenos días, japo.

—Buenos días —me levanté y me estiré yo también bajo su mirada—. Hay que moverse. Kiara y Pope deben estar en nuestra búsqueda.

JJ miró su reloj. Eran las ocho de la mañana.

—Si nos damos prisa quizá me de tiempo a llegar a casa a una hora considerable.

JJ se levantó y comenzamos a andar por el bosque de la isla. Olía a tierra mojada por la lluvia del día anterior y las hojas aun tenían gotas que caían sobre mi rostro. Era una isla realmente bonita, y daba gracias a que estuviese desierta porque si no estaba segura de que el ser humano la destrozaría.

—¡Kiara! —Grité a pleno pulmón, JJ puso cara de dolor al escuchar lo aguda que era mi voz —. ¡Pope!

—Joder, qué hambre tengo.

—Si no los encontramos, buscamos la entrada de la isla donde dejamos las mochilas y después los buscamos a ellos.

¿Habrían encontrado un sitio donde dormir la noche anterior? ¿Estarían bien y a salvo?

Entonces escuchamos el sonido de unas hojas. JJ y yo nos miramos, confundidos, y nos acercamos un poco más hacia donde venía el sonido.

—¿Kie?—pregunté acercándome.

Entonces un cuerpo negro y largo saltó de entre las hojas y me tiró al suelo mientras yo gritaba. Noté cómo unas uñas me arañaban la pierna y me encontré con una cara salvaje con dientes afilados que me miraba fijamente al rostro, a punto de hacer algo que seguramente me dolería mucho.

—¡JJ!—grité asustada.

Entonces escuché un disparo, y el animal cayó hacia un lado. Pronto su cabeza derramó un charco de sangre sobre el suelo. Mi respiración estaba muy agitada y me temblaban las manos. Miré mi pierna, que me dolía horrores, y me encontré un arañazo con un poco de profundidad largo y lleno de sangre.

—¿Estás bien? —Preguntó JJ acercándose con la pistola en la mano y la tiró al suelo para agacharse a mi lado. Miró mi pierna—. Joder, eso no pinta bien.

Miré asustada a mi lado, donde yacía la pantera. No estaba a favor de matar animales, pero cuando ellos te iban a matar a ti no me parecía una mala idea. Sin embargo, tuve ganas de llorar por la mezcla del miedo y de ver a aquel animal tirado, así. Me contuve. No quería que JJ me viese llorando siempre.

—Tenía miedo de darte en la cabeza a ti —JJ sonaba muy preocupado, y me miraba para ver si me había herido en alguna parte más—. ¿Estás bien?

COUNTING ON YOU | OUTER BANKSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora