27

12.8K 673 268
                                    



Cuando llegó la tarde, yo seguía metida en la parte de arriba de esa iglesia abandonada. Había dormido, cantado, pensado, llorado. Había hecho todo lo posible por desaburrirme o buscar soluciones para mis infinitos problemas. Pero llegó una hora en la que no aguanté más y exploté.

Me miré al espejo y comencé a gritar como una loca, necesitaba desahogarme. Miré la guitarra que tenía a un lado, la agarré y golpeé con ella el espejo mientras seguía gritando. Finalmente, miré el espejo roto, con pedazos caídos y me miré con algunos mechones en el rostro, las mejillas encendidas y la respiración entrecortada.

Me di la vuelta y vi cómo John B me contemplaba con las cejas alzadas y la boca abierta.

—Wow —soltó impresionado—. Recuérdame que nunca te haga enfadar.

Me sonrojé por la vergüenza que sentí en ese momento. Eché mi pelo hacia atrás, intentando colocarlo y lo miré poniendo una mueca.

—Necesitaba sacar la rabia de dentro.

—Te entiendo.

Anduvo para acercase más a mi después de cerrar la puerta del suelo que daba a la trampilla. Me senté en un baúl y él se sentó a mi lado.

—No sé si aguantará el peso de nuestros culos gordos —bromeó mirando el baúl y reí.

—Pensaba que Sarah y tú estabais desaparecidos de nuevo.

—Y lo estamos. —lo miré frunciendo el ceño—. Sarah está intentando llegar a la policía. Va a hablar. Pero yo no la puedo acompañar porque me encerrarían directamente.

—¿Por qué no se lo decís a Kiara y a los demás? Os están buscando por todas partes —le reproché enfadada.

—Nos pararían los pies, quieren llevar el plan a rajatabla y ahora mismo necesitamos hacerlo de otra manera.

—Se supone que  no hay secretos entre Pogues.

—Las reglas están para romperlas.

Sonreí un poco, porque sabía que tenía razón. Al final nadie podía cumplir normas establecidas. Para empezar, todos en el grupo estábamos emparejados con los mismos del grupo, y Kiara tiempo atrás estableció la regla de que en el grupo nadie se podía liar con nadie, y nadie lo cumplió. Supuse que había sido para evitar conflictos pero no habíamos sido capaces de obedecerla. Ni siquiera Kie.

—¿Cómo ha sido escapar de la ley?

—Peligroso —respondió con intensidad, pero con tono bromista—. Excitante y eufórico. Conseguí gritarle todo lo que pensaba a Ward antes de desaparecer y no sabes lo bien que se sintió.

Hablaba tranquilo, y pensé que era un buen chico. Era guapísimo, pero no era creído. Tenía ese aura de chico surfero, pero a la vez no era pasota, estaba siempre activo. Me gustaba su personalidad.

—¿Cómo se siente pertenecer al grupo de padres inexistentes?—me preguntó ahora.

Entendí lo que quiso decir, sabría que yo ya no veía a mi padre como antes, que no lo consideraba "padre" directamente. A veces la familia no tenían nada que ver con la sangre.

—Un poco triste y decepcionante —respondí encogiéndome de hombros—. Pero es mejor ver la realidad aunque sea dura que vivir en una mentira bonita constante.

—Y nos has conocido a nosotros —dijo golpeando mi brazo con delicadeza encajándome un poco a un lado y reí—. ¿Qué hay mejor que eso?

—¿Sinceramente?—le dije mirándolo con una sonrisa—. Haberos conocido no lo cambiaría por nada. Cuando llegué solo quería estar en España, pero si ahora me dicen que tengo que volver, me escaparía solo para que no me llevasen. Incluso después de todo lo que ha pasado, quiero seguir aquí.

COUNTING ON YOU | OUTER BANKSWhere stories live. Discover now