25

14.9K 722 201
                                    



Al día siguiente por la noche, JJ y yo veíamos una película que estaban echando en la televisión. Dirty Dancing. Siempre fue de mis favoritas, desde que tenía diez años y mi abuela me la enseñó. Me enamoré de Patrick Swayze y quería vestir igual que Baby.

Fue una buena manera de despejarnos un poco y pensar en otras cosas. Mi padre me estaba buscando desde hacía un día, en cuanto se enteró de que Barry nos había perdido la pista, seguramente. Pero no llamó a la policía, sabía perfectamente lo que le tocaría entonces, escuchar mis confesiones.

Todavía no queríamos ir nosotros a la policía tampoco porque eso significaba delatar a John B y admitir que estaba en la isla, y no queríamos arriesgarnos a que lo encarcelasen o algo parecido. Pero por lo que nos había contado Kiara, Sarah estaba preparando un plan para poder confesar todo.

En la película en ese momento, Baby estaba en la fiesta de fin de verano del campamento, y Johnny había sido despedido de su puesto de trabajo, por lo que estaba sola.

—Tú serías Baby y yo Johnny, totalmente —habló JJ, que me abrazaba en el sofá.

—¿Por qué?

—Además de ser mil veces más guapo que Swayze —dijo mientras yo reía—, yo tengo esa salsa en el cuerpo, ¿sabes? Y él sería un Pogue. Baby es Kook. Es un amor prohibido.

—¿Nuestro amor es prohibido?

JJ se encogió de hombros mirando a la pantalla.

—Se podría decir. En una situación normal, si tu padre se enterase de que andas con un Pogue seguramente te encerrase pero solo por eso.

—Puede ser —admití.

—Además de que yo no tengo ningún futuro —añadió un minuto después—. No soy un buen partido para ti.

Lo miré con el ceño fruncido, sin entender qué quería decir.

—¿Eres tonto?—pregunté enfadada—. Ni se te ocurra volver a decir algo así. —me miró sorprendido ante mi reacción—Eres increíble, ¿vale? Deja de menospreciarte de una vez. Estoy contigo porque me encantas tal como eres, así que deja de comerte la cabeza. Yo tampoco tengo ningún futuro ahora mismo, no tengo casa, y en caso de volver sería una cárcel. Ahora mismo tú eres mi familia, ¿de acuerdo? No vuelvas a decirme eso.

Lo miré suspirando y él se quedó sorprendido ante mis palabras, sin saber qué contestar. Podía haber sonado muy brusca, pero yo era intensa e impulsiva, y ese simple comentario me había molestado muchísimo.

JJ sonrió un poco y me acarició el pelo. Yo posé mi mano sobre la suya, intentando consolarnos mutuamente.

En la televisión, Johnny sacaba a Baby a bailar al escenario, dejando a todos sorprendidos. Entonces pasaban a un baile movido con una canción icónica, y todos los del campamento comenzaban a unirse a la fiesta. Era el final perfecto de una película ochentera. Al menos yo podía simular que nosotros estábamos igual.

Me levanté y lo miré sonriendo, le tendí mi mano.

Él me miró sonriendo un poco y con una ceja alzada, preguntándose qué me tramaba. Moví un poco mi pecho, bailando, para que entendiese mi intención. Ahora sonrió abiertamente y agarró mi mano para levantarse del sofá.

Me mordí el labio mientras andaba hacia detrás aún moviendo mis caderas y el pecho y con los dedos le indicaba que me siguiese. Él ponía caras cómicas haciéndose el sorprendido o la típica expresión que decía «diablos, señorita». Lo que más me gustaba de JJ es que siempre te seguía el rollo, y no te juzgaba, porque él era igual o peor.

COUNTING ON YOU | OUTER BANKSWhere stories live. Discover now