20

14.5K 799 1K
                                    



En cuanto pasamos al interior de la casa, me senté en el sofá y pasé mis dedos por la sien, intentando buscar las palabras adecuadas que decirle a JJ.

—¿Qué pasa?—preguntó él a mi lado.

—Yo... —intenté calmarme. Estaba a punto de delatar a mi padre. —He tenido que escapar de casa.

—¿Por qué?

Lo miré. Estaba claramente preocupado. Tenía las mejillas algo sonrojadas, debido a que se acababa de despertar. Pero me fijé mejor, tenía un moretón en la mandíbula, y el labio con una pequeña herida roja.

—¿JJ?

Se dio cuenta de que observaba sus heridas y miró a otro lado, con tensión. Puse mis dedos en su barbilla y le hice girar la cara, alguien le había golpeado esa tarde, porque esas marcas no las tenía cuando fuimos a la isla.

—¿Quién te ha hecho eso?—pregunté al borde de las lágrimas. ¿Es que nunca pararían las malas noticias? Solo tenía razones para deprimirme.

—Por favor, no llores, no quiero verte así.

Asentí lentamente y tragué saliva, dándole pie a hablar. Aunque me imaginaba lo que le podía estar pasando.

—Fui a casa de mi padre... necesitaba comida y pensé que estaría dormido como siempre. —suspiró y pasó su mano por el pelo. No me miraba—En cuanto me vio se acercó y comenzó a pegarme. Me gritaba que había destrozado su barco, que solo servía para dar disgustos y que era un trozo de mierda —se encogió de hombros con tristeza.

No aguanté más y unas cuantas lágrimas salieron. Me sentía terriblemente mal por él. No se merecía que su propio padre le tratase de esa manera, él era bueno, era perfecto. Y sabía que su padre conseguía hacerlo creer todas las barbaridades que le soltaba.

—Te dije que no lloraras. —entonces puso frente en mi hombro. Apoyé mi mejilla en su cabeza y acaricié su cabello mientras tratan de calmarme.

—Es solo que... —estuve a punto de decir que nuestros padres eran el demonio. Pero... ¿necesitaba JJ esa información también? No quería preocuparlo más.

—¿Qué?—preguntó en un susurro—. ¿Por qué has escapado de casa?

—Mi familia es insoportable —contesté tajante.

JJ no necesitaba escuchar mi problema también. Tenía que buscar el momento oportuno. Debían enterarse todos a la vez.

—¿Quieres dormir aquí?—preguntó.

Otra vez noté punzadas en el estómago. Ya había dormido con JJ antes, cuando nos quedamos dormidos en la cueva. Pero esta vez era diferente, ya no estábamos en peligro, bueno, relativamente, y estaríamos en una cama. O sea que era muy, muy distinta la situación.

Me tensé y él alzó la cabeza para mirarme.

—Si quieres puedes dormir en la cama y yo en el sofá.

Ah, con que hablaba de dormir separados. Negué con la cabeza sonriendo un poco.

—Yo dormiré en el sofá. Tus heridas necesitan un buen lugar donde descansar.

JJ asintió revolviéndome el pelo y me deseó que pasara una buena noche. Me tiré al sofá y miré al techo. ¿Debería haberle dado una señal de que quería dormir con él? No, él era directo, me lo habría dicho directamente. ¿O no?

No podía parar de pensar en él. Aquello se estaba convirtiendo en algo más que una simple atracción. Me gustaba todo de él, quería que me abrazase, que estuviese conmigo. Por dios, ¿por qué me ponía tan cursi a las doce de la noche? Me entraron ganas de llorar de la frustración. Si JJ no sentía lo mismo por mi, no sabía qué hacer. ¿Qué me estaba pasando?

COUNTING ON YOU | OUTER BANKSWhere stories live. Discover now