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Hello!! Lo primero de todo, antes de comenzar el capítulo, os quería hablar de una cosa. Soy muy mala dibujando, y de veras que me gustaría hacer un FanArt de Jolivia, pero de verdad, soy pésima para dibujar, así que si hay por ahí alguna artista, que me lo haga saber y nos ponemos en contacto!! Estaría encantada de subir  algún fanart, o aunque sea una foto editada con alguna actriz que se asemeje a Olivia con JJ. No dudéis en contactar conmigo las que queráis participar, podéis ser todas las que queráis!! Dicho esto, seguimos con el capítulo. Que lo disfrutéis!!

••••••••

—Lo he intentado —hablaba mi padre, nervioso, moviendo las manos sin parar, mirando a la carretera—. De verdad que lo he hecho. Pero lo único que haces... —suspiró y gritó—. ¡Es joder las cosas! ¿Por qué cojones te tenias que meter en todo esto? ¿Eh? ¿¡por qué!?

Golpeó la radio del coche con furia, sobresaltándome y consiguiendo que comenzara a sollozar. Había pasado momentos aterradores en muchas ocasiones, pero sin duda ese fue el momento en el que más nerviosa, paralizada y atemorizada estaba.

Era como estar metida en un coche con un demonio. Mi padre para mi era un demonio, y eso era muy triste.

Le importaba más el oro que su propia familia. Pero entonces, ¿para qué querías el oro si no lo podías compartir de manera feliz con aquellos a los que quieres? ¿Si es que los quieres?

—Mamá llamará a la policía —le espeté, tratando de sonar segura, aunque no lo estaba.

Mi padre me miró de reojo, sonriendo poco a poco como un maniaco, y repiqueteó sus dedos en el volante, como siguiendo una melodía imaginaria.

—Te crees muy lista, ¿verdad? Tu madre no podrá avisar a la policía en un largo tiempo. No tiene coche, y le he quitado el móvil en cuanto te he visto llegar a la puerta de casa con ese apestoso.

—¡JJ no es apestoso!—grité mientras lloraba de la impotencia.

—¿Y ahora te pones a defender a tu novio? —preguntó enfadado—. ¡Es igual que esos drogadictos que acaban en la calle! A ver si te entra en esa cabecita tuya. No tenéis futuro ninguno, deja de intentar defender a la basura.

—¡JJ es mejor hombre con dieciséis años del que serás tú en toda tu vida, y del que has sido! A ver si te entra en esa cabecita tuya —le grité furiosa, sin miedo a las consecuencias que esas palabras pudieran tener—. ¡Lo quiero! Estoy enamorada de un Pogue, ¡sí, tu hija! Así que jódete.

Mi padre se acercó, intentando darme una bofetada con el coche en marcha por la carretera. Yo lo esquivé y acabé dándole una patada en las costillas. Él gritó y sujetó su parte golpeada, pero intentó mantener el equilibrio y seguir controlando el coche en marcha.

—¡Créeme que vas a pagar todo este comportamiento!

Yo, me eché hacia un lado, separándome lo máximo posible de él, de manera muy agitada. Justo en ese momento, aparcó en un parking, de donde salieron dos personas. Eran Ward y Sarah. Sarah iba en los brazos de Ward, que la cargaba con dificultad, porque estaba inconsciente.

—¡Sarah!—grité asustada.

Ward abrió la puerta del coche con rapidez y metió a Sarah, dormida, en el coche. Me giré para mirarla, a la vez que Ward se sentaba a su lado y cerraba la puerta del coche. Mi padre arrancó lo más rápido posible.

Puse una mano en la rodilla de Sarah y la sacudí. Comencé a llamarla muchas veces mientras la sacudía para que se despertase.

—¿Qué le has hecho?—pregunté a Ward con odio en los ojos.

COUNTING ON YOU | OUTER BANKSWhere stories live. Discover now