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Ahora, dudaba de cada decisión que había tomado a lo largo de su vida que lo habían llevado a esta situación.

Estar frente a Kakashi no lo hacía sentirse mejor, al contrario; le dolía más verlo tan tranquilo cuando él estaba quemándose por dentro.

Por eso no podía verlo a la cara y se escondía tras su plato casi frío de ramen, mientras el peligris se la había pasado en silencio desde que habían llegado.



— ¿Qué es eso de lo que quieres hablar, Obito?

Levantó la cabeza, encontrándose con los ojos curiosos de Kakashi.
Le sonrió de lado tratando de tranquilizarse a sí mismo, estirando la mano para poder entrelazar sus dedos con los de la mano contraria.

Ichiraku era un lugar que solían visitar con mucha frecuencia desde que iniciaron su relación. El lugar desprendía un ambiente cálido y familiar para cualquiera, además de que fue donde tuvieron su primera cita y compartieron su primer beso. Era un sitio especial para ellos. Para él, al menos.

Afuera seguía nevando, incluso cuando el sol había estado presente el día de ayer y temprano por la mañana. Parecía que el clima se acompasaba con su estado sentimental comenzando a never con fuerza bien entrada la tarde.

Estaba destrozado, pero no quería demostrarlo frente a la persona que a la que debía confrontar, la causante de ello.

Era una regla shinobi: no debes mostrar las emociones al enemigo. Y en esta situación, sentía que Kakashi era alguien a quien debía evitar a toda costa.

—Estos días no nos hemos visto como me hubiera gustado hacerlo. Y siento que necesitamos aclarar unos puntos. — inició con su discurso, apretando la mano de Kakashi sin intenciones de hacerle daño. Frunció el ceño, tratando de ignorar la opresión en su pecho. — Sólo... Necesito que seas honesto conmigo, por favor. — murmuró lo último, desviando la mirada hacia una de las mesas contiguas, negándose a seguir viendo a los ojos a la persona que lo había lastimado bastante sin siquiera hacerle algún daño físico. — ¿Es verdad todos aquellos rumores que he escuchado de ti?

Ya no había marcha atrás.

— ¿A que te refieres? — preguntó el peligris, removiéndose incómodo en su lugar.— No sé de qué estás hablando.

Apretó los labios, soltando la mano contraria mientras recargaba ambos codos en la mesa, cubriendo su rostro con sus manos. — Si... supongo que tienes razón. No tienes idea.

Comenzaba a arrepentirse de estar ahí.

Kakashi estiró una mano, quitando una de las suyas para acunar su mejilla, acariciando el pómulo con suavidad. — Cuéntame qué sucede, cariño. — dijo con suavidad, causando que el corazón del Uchiha se apretujara contra su pecho.

Miró por unos segundos a sus ojos, tratando de grabarse cada detalle de ellos. Cada destello y sentimiento que le transmitían. Inclinó el rostro hacia la palma de su mano, guardando en lo más profundo de su pecho como se sentía el toque de sus manos por última vez.

¿Cómo podía estar tan tranquilo luego de todo lo que supuestamente hizo? ¿Cómo es que aún se atrevía a tocarle?

No podría ser verdad si Kakashi estaba tan tranquilo. Debían ser mentiras que todo el mundo había acordado decirle.

Y ahora podría comprobarlo. Podía negar que eso había sucedido.

Kakashi podía decirle la verdad ahora mismo.

Tiempo 🌿 ObikakaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt