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El nombre de la mujer a la que Kakashi le tuvo demasiada desconfianza durante mucho tiempo era Azami. Castaña, de grandes ojos y bonita figura. A Obito le gustaba conversar con ella, pero tenía tiempo sin visitar el lugar y realmente no estaba interesado en conocerla más de lo que hacía. Él tenía otras cosas de las cuales ocuparse.


El peligris no le presto demasiada atención esta vez, demasiado tranquilo para sorpresa de ambos. Así que la reservación de una habitación fue rápida y sencilla.

No iban a dormir en la misma cama, por supuesto. Así que se encargó de reservar una habitación que tuviera dos camas dentro. Era gracioso, ni siquiera llevaban un cambio de ropa para la mañana y eso que tenía bastante por llevarse al día siguiente, en especial su tío, quien llevaba demasiadas cosas. Él tendría que usar Kamui, sin duda.


Decidió que no iba a preocuparse, el reloj marcaba a penas las nueve de la noche. Quizás pudiera regresar durante la madrugada, cuando las cosas estuvieran finalmente resueltas entre ellos dos.



— Creí que sería más grande. — Kakashi dijo cuando abrió la puerta de la habitación que habían alquilado. Obito estuvo de acuerdo, quitándose las sandalias y dejándolas a un lado de la puerta.

Ambas camas estaban separadas a penas por una mesita de noche junto a cada una. Había una ventana grande en una pared, dando una buena vista de Konoha. Lo bueno era que contaban con un baño propio, si querían ducharse, no tenían que hacerlo en la planta baja.


— Usualmente estas se piden cuando se viene de pasada. — Obito dijo casualmente, acercándose a la ventana y mirando a la aldea a lo lejos. Escuchó a Kakashi aventarse sobre una de las camas.



— Está es mía. — aviso en voz alta, cerrando los ojos. Obito se dio la vuelta, asintiendo cortamente mientras lo veía. — Debemos darnos una ducha antes de entrar a las aguas termales– ¿Si entraremos, verdad?



— Entraremos. — acordó regresando la vista hacia el exterior. — Pero estaba pensando en la ropa. — comentó apretando los labios. — Puedo ir a casa y traer algo para pasar la noche.


Kakashi colocó ambas manos detrás de su cabeza. — ¿No tomaría eso mucho tiempo? — el peligris deshizo su postura, sentándose en la orilla de su cama.



Obito caminó hasta sentarse frente a él, negando con la cabeza. — Usare Kamui. — acordó mirándolo con seriedad, Kakashi le imitó. Se preguntaba si debía contarle acerca de las consecuencias que tenía el uso excesivo del Sharingan. — No tardaré mucho tiempo, algunos minutos a lo mucho. Puedes comenzar a darte un baño para ahorrarnos tiempo.



El peligris le miró unos segundos en silencio, antes de asentir cortamente y ponerse de pie. — Vale, te estaré esperando– aquí, quiero decir.


Obito sonrió suavemente, pero activó su Sharingan, decidiendo que entre más rápido hiciera las cosas, más fácil resultaría.

Kakashi por su parte caminó hacia el baño privado de la habitación, desvistiéndose dentro del mismo, todavía sintiéndose nervioso y fuera de lugar. Estaba con Obito cuando se suponía que no iba a volver a hacerlo. Pero cuando el Uchiha sugirió irse a otro lugar no pudo negarse– jamás iba a decirle que no a algo. Cuando mencionó irse a un lugar más cálido había esperado que Obito aceptara ir a su departamento, quizás comer algo ahí mismo y conversar con calma. Él aún tenía hambre. Pero en las aguas termales nadie los buscaría, nadie imaginaría que se habían escapado juntos nuevamente cuando era un hecho que ambos habían exclamado a los cuatro vientos no volver con el otro. Aunque sería evidente cuando ellos dos serían los únicos que faltarían en sus respectivos grupos de amigos. Sabia que Kurenai iba a regañarlo, probablemente Asuma también. Y ni hablar de los amigos de Obito.


Tiempo 🌿 ObikakaWhere stories live. Discover now