🌔22🌔

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Cuando el sol comenzó a asomarse por el horizonte, Obito y Tobirama fueron a una corta reunión con el Hokage junto a los tres ninjas de Amegakure y sus nueve alumnos.

Duro apenas diez minutos, pero para Obito fueron 36, 000 segundos que consideró una eternidad.

No durmió en toda la noche, por lo que estuvo en vela junto a Tobirama- que por alguna razón, no había dormido más de dos o tres horas por día desde que había llegado a Konoha. - bebiendo café. El albino le había comentado que solía tener dificultades para dormir en lugares ajenos y que no había planeado quedarse mucho tiempo; pero dada la situación, había hecho un esfuerzo para no dormir y acostumbrase a otra cama, para cuando regresara a casa no tener dificultades para conciliar el sueño. Obito comprendió que no todos eran de sueño pesado como él.


Había nevado casi toda la noche, y ahora la nieve les obstruía gran parte de las ramas de los árboles a pesar de que eran ligeros los copos de nieve que caían sobre el suelo y se deshacían al tacto contra el piso, por lo que simplemente caminarían hacia la lluviosa aldea. Obito se preguntaba si también estaba nevando allá.

Yahiko estaba parloteando junto a Tobirama, sin siquiera dejarlo responder a ninguna de las preguntas que le hacía. No pudo evitar recordar a Naruto acosando a Tobirama a donde quiera que fuera, sin dejarlo hablar tampoco. Al parecer, Tobirama era un imán para las personas así, energéticas y optimistas.


Él incluso estaba ahí. Si hubiera estado de mejor humor, tampoco hubiera dejado de hacerle preguntas al Senju sobre Amegakure.


Nagato y Konan estaban a sus costados y sus alumnos algunos pasos frente a ellos, conversando acerca de qué cocinarían una vez llegaran a la aldea, del recorrido que le darían a la aldea y a que personas le presentarían. El escuchaba vagamente sus palabras, su cabeza en otro lugar.


Sus amigos del clan habían ido a la puerta principal de Konoha para despedirlos. Itachi lo amenazo diciéndole que si algo malo le sucedía, él iba a hacerlo sentir peor. Shisui fue cálido y lo abrazó por varios minutos. Inabi ni siquiera una sonrisa le dio porque estaba molesto por su partida y Kagami le dijo que se acostara con una persona de cada villa a la que visitara y le escribiera cuando su corazón estuviera sanado. Rin también había ido a despedirlos y llevaba junto a ella una pequeña bolsa con provisiones para el camino, haciéndolo prometer nuevamente que le escribiría cada semana. Madara no había estado presente, su tío se había encerrado en su habitación y no bajo ni siquiera a despedirlo. Obito se sintió ligeramente triste por eso, pero sabía que a Madara no le gustaban las despedidas, por lo que no quiso presionarlo. Todos sus amigos importantes habían ido a despedirlo, menos Kakashi.

No es como que había esperado verlo ahí - si lo hizo. Hubo una pequeña chispa de esperanza que le hizo pensar que Kakashi correría para detenerlo; pero no fue así. Y él lo aceptó, porque fue él mismo quien le pidió no hacerlo, por eso mismo se estaba yendo en primer lugar.

Suspiró pesadamente, subiendo la vista al cielo, dejando que algunos copos de nieve le cayeran sobre la cara. Estaba helando, maldición.

— ¿Está todo bien, Obito-san?— Nagato le preguntó, mirándolo con curiosidad. Asintió, colocando ambas manos detrás de su cabeza.


— Está todo perfectamente bien.— respondió dándole una pequeña sonrisa. — Díganme, ¿Cual es su lugar favorito en Ame?


Konan sonrió abiertamente, su rostro iluminándose mientras parecía recordar algo. — El lago. Ahora debe estar congelado, por lo que cada invierno vamos ahí y caminamos sobre él. Es divertido, Obito, deberías ir con nosotros. Nuestro día especial es en navidad.


Tiempo 🌿 ObikakaWhere stories live. Discover now