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— Obito llega tarde hoy. — murmuró Rin, su mirada preocupada en la entrada de la academia. Hoy tenían junta con los profesores y el encargado de dar la última información llevaba treinta minutos de retraso.

— Bueno, quizás esté retomando viejos hábitos. — dijo Hayate, frunciendo los labios. Él también estaba preocupado por el Uchiha, Obito había dejado de llegar tarde desde hace unos años, cuando pareció sentar cabeza y ahora repentinamente no aparecía a la hora habitual.

— ¿Ese cara de idiota siempre llegaba tarde? Hm. — preguntó cierto rubio chismoso, quien se había hecho amistad con Rin luego de que Obito lo hubiera obligado a comer ramen con ella el segundo día de su estadía.

Rin asintió, mirándole con una sonrisa melancólica. — Si, en ese entonces Obito solía llegar tarde a todos lados. Kakashi solía molestarse bastante con él por eso y siempre terminaban peleándose, pero eso terminó una vez empezaron a salir. — explicó la castaña, una mano sobre su pecho en un gesto de preocupación. — Quizás deberíamos ir y buscarlo, no vayan a ser verdad los rumores de anoche.

— No es necesario. — la interrumpió un imponente Uchiha Itachi, sus ojos oscuros analizando a cada uno de los presentes en él aula mientras entraba. — Está indispuesto, enfermó anoche por estar fuera en la nieve. — sus ojos se posaron en la castaña. — Solamente venía a avisarte, Nohara. Me dijo que te entregara esto. — dijo entregándole un folder lleno de hojas, el mismo que Obito solía llevar a todas partes. — Me retiró. No soy la mensajera de nadie, pero, ¿hay algo que quieran decirle?

Rin negó con la cabeza, nerviosa por la presencia de una persona como el Uchiha, recibiendo un asentimiento por el cuervo quien se fue tan pronto como apareció. No era de su agrado estar cerca del Hatake ahí presente o de los otros amigos de Obito que le robaban la atención de alguien a quien habían alejado de su clan. Cualquier amigo de Obito era un enemigo para él y para los otros Uchiha.

— ¿Ese era Uchiha también? — preguntó Deidara, mirando con la boca entreabierta al joven caminar fuera de la academia. — ¿Por qué todos son tan extraños, hm?

Hayate se encogió de hombros ante su pregunta.

— Algo está mal... ¿Crees que sea verdad lo que dijo Teuchi? Parecía muy preocupado y él no es la clase de persona que miente. — murmuró Rin, hojeando el folder tratando de encontrar alguna nota que corroborara la versión del Uchiha. Obito jamás faltaba. No faltó la vez que casi pierde una pierna y menos faltaría por un simple resfriado.

— Honestamente, pienso lo mismo. — murmuró Hayate, señalando disimuladamente al albino con la cabeza. — Kakashi ni siquiera no saludó cuando llegamos y Gai parece tratar de animarlo.

Ambos miraron en esa dirección, notando que Gai no se rendía en dar un espectáculo frente a sus demás compañeros, al parecer para animar al único albino presente en la habitación, quien les daba la espalda sentado en el sillón con porte decaído.

— ¿Habrán peleado otra vez? No creo que hayan terminado. — cuestionó la castaña, frunciendo el ceño otra vez. — Aunque las veces que han peleado, Obito no falta. ¿Será verdad, entonces? ¿Realmente estará enfermo?

Deidara chasqueó la lengua, cruzándose de brazos mientras ladeaba ligeramente la cabeza. — ¿Donde vive el idiota? Hm. — preguntó a ambos ninjas de Konoha, ganándose dos miradas curiosas. — Solo quiero ver si es verdad que está enfermo o si sólo es un berrinche de novio dependiente, hm.

Tiempo 🌿 ObikakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora