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No había podido pegar un ojo en toda la noche por la expectación. Estaba nervioso por ver a Kakashi. Por confrontar su situación.

No sabía cómo reaccionaría una vez lo tuviera enfrente, pero no quería pensarlo demasiado. No quería agobiarse más.

Se le hacía tarde, así que dejó de ver el techo -como había hecho toda la noche.- y se puso de pie, dirigiéndose al baño para poder darse una ducha rápida.

No había comido nada desde la tarde de ayer, y aunque sabía que si no lo hacía no tendría un buen rendimiento durante el día, el apetito no había hecho su aparición en las últimas horas.

Tenía la cabeza llena de otras cosas como para siquiera pensar en llevarse algo de comida a la boca.

¿Kakashi asistiría esa tarde o lo dejaría plantado? Lo peor de todo es que no sabía cuál de las dos opciones era la peor. Si Kakashi iba, tendrían que hablar de ello y solucionar ese rumor de una vez por todas. Pero si no iba, se evitaría un mal rato y a la vez, quedaría nuevamente con la incertidumbre, que aumentaba más conforme pasaban las horas.

Maldición, ¿por qué todo parecía tan difícil? Deseaba con todas su fuerzas regresar al tiempo en donde podía despertar junto a la persona que amaba sin preocupaciones.

Ahora, dudaba poder volver a esas épocas.


Se vistió rápidamente con el uniforme Jounin, peinándose ligeramente el cabello para verse un poco más presentable y salió de la habitación.

Los exámenes serían exactamente en cuatro días, así que se podían sentir los nervios colectivos en el ambiente. Todos estaban atareados con la situación y él no era la excepción. Afortunadamente, eso era una ventaja para el caos de pensamientos que existía en su cabeza ahora mismo.

Cuando llegó a la cocina no había nadie, por lo que supuso que Madara aún no despertaba. Aprovecho para hacerse algo de café y se puso la nota mental de llevar algunos víveres cuando terminara el trabajo, si iba estar ahí, debía aportar con algo aunque no haya sido requerido. No le gustaba sentirse como un mantenido o algo similar, a pesar de que Madara jamás le exigiría aportar algo.

Cuando las manecillas del reloj dieron la hora justa para irse, se aseguró de limpiar todo lo que había ensuciado y salió rápidamente del hogar Uchiha, dirigiéndose al bosque que ya conocía perfectamente de un extremo a otro.

Sus compañeros ya estaban ahí, y extrañamente, el tercer Hokage también. No era como si su presencia no fuera bienvenida, simplemente era raro que saliera de su despacho al lugar donde laboraba temporalmente, luego tendría que regresar junto a Genma a cuidar que el vejete no se ahogara con su propia pipa.

— Sandaime- sama. — saludó cuando se posicionó junto a su sensei, haciendo una suave reverencia en su dirección.

— Ahora que estamos completos, puedo proceder a darles el aviso que tanto he aplazado. — dijo el Sarutobi, mirando a las cuatro personas presentes en el lugar.

Solamente eran Minato, Genma, Hayate y Obito, las personas que solían ser las más cercanas -laboralmente hablando.- al Hokage. Obito antes de ser transferido a organizar los exámenes chunin, solía ser el vanguardista del tercero, así que no era una sorpresa ser de los primeros en saber cualquier movimiento en la administración de la aldea.

Tras un breve asentimiento por parte de los cuatro, el hombre continuó. — Me retirare del puesto una vez finalizada la primer etapa de los exámenes.

El único Uchiha presente alzó la cabeza sorprendido, ¿tan pronto? El tipo tenía a penas unos cuatro años en el mando y ya planeaba retirarse. Podría atribuirlo a la edad, puesto que fue selecto en un periodo difícil de la aldea, cuando el segundo había dejado el puesto y Hashirama se había negado a tomar el mando nuevamente -para evitar el papeleo.- excusándose con que tenía asuntos más importantes que atender. Madara ni siquiera consideró la idea y Hiruzen fue el más apto según el consejo de la aldea.

Tiempo 🌿 ObikakaWhere stories live. Discover now