Tiempo 🌿 Obikaka

🌪29🌪

La mañana siguiente estuvo tranquila a pesar del evento que se celebraba ese día. Después de las preliminares y las eliminaciones, Shisui y Sasuke se irían dos años a una larga misión cerca del parque de entrenamiento de la policía militar Uchiha. Obito recuerda haber entrenado ahí durante los catorce años, así que conocía lo difícil que podía ser. Él no se fue tanto tiempo, unos meses a lo mucho, antes de ser transferido durante un año a ANBU, donde trabajó junto a Kakashi. Y ahí fue donde se dio cuenta de sus verdaderos sentimientos hacía el Hatake. El resto es historia.

Los pocos jóvenes de otras aldeas llegaron la tarde del día anterior, pero no pudo ver a Deidara ni a Konan, por culpa de Madara, quien lo había obligado a ayudarlos con la mudanza. Fue un poco... desconcertante, llegar a casa y encontrarse con la noticia de que Kakashi había ido a dejar sus cosas semanas atrás, dando por finalizada su relación con totalidad. Obito ya no tenía una excusa para regresar al departamento del peligris. Se había acabado.

Y sus tíos iban a divorciarse.

Era tan irreal, si era honesto consigo mismo. Después de que su abuela falleciera y Madara tomara el cargo sobre él, había convivido junto a Hashirama desde entonces. Legalmente, Madara y Hashirama eran sus padres, pero él siempre los llamó tíos– a Madara solamente cuando quería conseguir algo.– y ahora ellos no estarían juntos nunca más. Era... extraño.

Él adoraba a su tío Hashi. Fue el Senju quien siempre estaba de su lado cuando Madara lo regañaba, quien le dio dulces, consejos, cobijo y fue una figura paterna para él. Cuando Madara estaba ocupado, Hashirama entrenaba con él, también curaba sus heridas. No es que quisiera más a su tío Hashirama que a Madara, pero si tuviera que escoger a un favorito, definitivamente sería el Senju. Claro que si quería a Madara, pero honestamente, él lo regañaba mucho.

La casa en la que creció desde los once años quedó vacía al cabo de unas horas, justo al tiempo en el que debía irse al campo de batalla de los preliminares.

Genma estuvo a su lado, supervisando junto a él a los jóvenes aspirantes con ojo crítico. Reconoció a Naruto al fondo y le guiño un ojo con una amplia sonrisa como muestra de apoyo, el pequeño rubio le sonrió de forma optimista, solo como él sabía hacerlo.

También se encontró con Kakashi.

El Hatake no pareció consciente de su presencia al principio, hablando con sus estudiantes, tan serio que Obito recordó cuando era un adolescente y Kakashi lo regañaba por cualquier cosa.

Se veía... diferente, de cierto modo. No había mucha tensión en sus hombros, y la que estaba era debido la preocupación que sentía por sus tres chiquillos. Sus ojos estaban tranquilos, su rostro, aunque estuviera cubierto por la máscara, se veía suave y relajado. Él se veía bien.

Cuando sus miradas se encontraron, pudo notar la sorpresa en esos grandes orbes oscuros. Obito le sonrió levemente, alzando una mano a modo de saludo. Kakashi le imitó, alzando sólo dos de sus dedos. Ambos apartaron la mirada tan rápido como pudieron, nerviosos e inquietos.

Recordó las palabras de su sensei, acerca de perdonar y cerrar ese ciclo en sus vidas. Ellos debían cerrar lo suyo en algún momento, y debía ser ahora. Bueno– después de los enfrentamientos. Ellos no iban a hablar de sus problemas en medio de las peleas.

Reconoció la rubia cabellera a lo lejos y no dudó ni un segundo cuando corrió hacia su persona, estrechando entre sus brazos al enano gruñón que había extrañado desde que se fue hace más de un mes.

Deidara lo pateó primero antes de corresponder al abrazo, avergonzado y enojado por "exponerlo" así frente a todo el mundo, a Obito no le importaba. Le comentó que tenía que hablar con él en privado después de que finalizaran los enfrentamientos y que más le valía estar esperándolo una vez pudiera liberarse del trabajo, a lo que el rubio aceptó de mala gana. Obito tenía que contarle acerca de Akatsuki y pedirle que se fuera con él hacia Amegakure.