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Cuando finalizaron el almuerzo entre un silencio incómodo, Obito se forzó a sí mismo a ayudar a Kakashi a lavar los platos.

El Hatake salió de la cocina, argumentando que Obito necesitaba guantes para lavarlos pero que los tenía guardados en el cuarto de baño. A él no le importaba usarlos, por lo que los lavo sin mucho problema.

Era cerca del mediodía, lo sabía por la posición del sol.

Soltó un suspiro, secándose las manos con un pañuelo. ¿Debería irse ahora?

Alzó la cabeza cuando Kakashi regresó con los guantes en mano. — Te dije que te esperarás.

— No podía. — dijo encogiendo los hombros. Se seguía sintiendo inquieto. Probablemente debería estarse yendo para evitarse más problemas.

— Mmh. Esta bien, supongo. — Kakashi murmuró, dejando el par de guantes sobre la mesa.

Ambos volvieron a quedarse en silencio y Obito sentía que todo esto estaba siendo demasiado ridículo. Jamás habían sido tímidos. Nunca se quedaron sin tema de conversación, incluso cuando ambos se odiaban; siempre había algo por qué pelear.

Y ahora estaban frente a frente sin poder articular palabra alguna.


— Esto es ridículo. — murmuró, tomando asiento nuevamente sobre la mesa. — ¿Qué estamos haciendo, Kakashi? ¿Por qué estoy aquí en primer lugar?


— No lo sé. — el peligris murmuró con honestidad, tomando asiento frente a él. — ¿Quieres golpearme? Estoy dispuesto a aceptarlo.

— No quiero golpearte. Sólo... — soltó un suspiro, pasándose una mano por el cabello. — Quiero saber.


Kakashi se removió visiblemente incómodo, negando con la cabeza. — ¿Qué quieres saber?— preguntó con un hilo de voz.

Seguramente todo iba a terminar con él llorando nuevamente; o ellos peleados-si es que eso era peor.- pero tenía que hacerlo. Quería saber que había pasado esa noche. Su corazón imploraba por ello.


— ¿Tienes algo de sake? — respondió en cambio, recorriendo su mirada por los estantes de la cocina. Él necesitaba no estar sobrio para lo que vendría a continuación.


— No tengo nada de eso; me deshice de todo lo que contenga alcohol desde que... no estás aquí. — Kakashi murmuró, rascando su antebrazo. Parecía incluso avergonzado. — Hice un voto de no volver a beber jamás.

— Tan correcto como siempre. — murmuró negando con la cabeza, dejando escapar el aire que inconscientemente estuvo reteniendo. — Iré a comprar un poco. — aviso poniéndose de pie, arrastrando la silla hacia atrás en el proceso.


Kakashi le miró, su cabello sacudiéndose cuando alzó la cabeza.— ¿Te irás?

— Volveré. — murmuró encogiendo los hombros. No estaba seguro de hacerlo.

— Yo- iré contigo. — Kakashi le imitó, poniéndose de pie. Obito negó con la cabeza, sin entender para qué quería ir.


— ¿Irás? ¿A donde planeas ir? — preguntó, sonriendo suavemente.

— A donde tú vayas. — respondió rápidamente el Hatake. — Yo iré contigo. — anunció antes de salir disparado de la cocina, desapareciendo de su vista.


— Bueno. — murmuró encontrándose sólo en la cocina.











La aldea estaba más habitada cuando el reloj marcó las 12:30 del mediodía. Obito no estaba muy seguro de cuál era exactamente el sitio donde vendían el sake verdaderamente fuerte -el mismo que Hashirama bebía a escondidas de Madara.- pero agradeció a la suerte cuando lo encontró casi de inmediato.

Tiempo 🌿 ObikakaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang