CAPITULO 11

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¿Que me tocó hacer?

Pues salir, ni modo que de tonta lo dejara ahí parado frente a mi puerta. En algún momento mi madre o Marcus lo notaría, además él tenia que salir a su práctica de béisbol.

Si, mi querido hermanito prácticaba ese deporte, y no es por nada pero se cargaba un cuerpecito gracias a eso, junto su cabello castaño, ojos marrones pues era todo un galán.

Pues en fin, me tocó salir y ahí estaba a paso lento hacia ese ser parado junto a esa camioneta.

- Pensé que nunca saldrías - dijo al pararme frente a él.

- Créeme que lo pensé - sus ojos me miraron con sorpresa.

- ¿En serio hubieras hecho eso? - preguntó viéndome sorprendido y esperando una respuesta.

- Si - dije sincera

- ¿Qué? - juraría que su mandíbula calló al piso por mi respuesta.

- Bueno llegaste sin avisar ¿Que esperabas?

En realidad aún no lo asimilaba, quedó de llamarme y no lo hizo y ¿Llegó así de repente? Me podía catalogar como una persona que odiaba las sorpresas, y más de desconocidos.

- Bueno no me esperaba un abrazo, pero tampoco esa respuesta - metió las manos en sus bolsillos delanteros y se balanceó hacia delante y hacia atrás.

Trataba, juro que trataba pero me invadió un mal humor que no sabía qué hacer con el, y lo lanzaba contra el pobre chico.

Pudo haber sido por la pregunta que rondaba mi cabeza y era: ¿Como rayos le hago para fingir y poder manejar la bicicleta?

La etapa de rabia contra la enfermedad me albergaba y no podía contra ella. Debía fingir, ocultar y mentir. Y muy bien sabía que podía acabar con eso en tan solo unas palabras, pero no podía. No confiaba en él, no confiaba en que no se asustara y me lanzara la mirada a la que tanto miedo le tenia.

LASTIMA.

Lamento
Apenado
Separacion
Tristeza
Inquietud
Melancolia
Abrumo

Siete letras y siete palabras que la describía a la perfección, pero seguía siendo torturador para mi.

- Y no lo sigas esperando - estaba con la odiosidad a modo mil.

- ¿Aún quieres ir? - su pregunta me sacó de lugar, no la esperé.

- Claro, no lo tomes a mal, estoy de mal humor - trataba de no ser tan cruel.

- Tengo un remedio perfecto para eso ¿Vamos? - abrió la puerta del auto con una enorme sonrisa en su cara.

- Está bien, pero esto no es una cita - lo señalé con el dedo.

- Muy bien, como diga la señorita, solo amigos - levantó las manos como si lo asaltaran muy divertido.

Me subí al auto y el cerro la puerta para después rodear y subirse al lado del conductor para luego arrancar aún con su enorme sonrisa.

Detallaba poquito a poquito todo, primero a él ya que no me miraba, llevaba una polera roja y jeans oscuros, su cabello estaba un poco despeinado supongo que por el pasar de sus manos por el.

Del auto no les puedo dar muchos detalles, solo pude divisar su cámara a un lado del volante entre el asiento de él y el mío.

- ¿Por qué has traído tu cámara? - pregunté recogiendo mi mano qu estaba apunto de tomarla.

- Puedes agarrarla si gustas - dijo al notar lo que acababa de hacer - Y respondiendo a tu pregunta pues siempre la llevo conmigo, desde que he descubierto que es mi nuevo sueño.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora