CAPÍTULO 27

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Busqué a mi pequeña huróncita por todo el patio, y no podía hallarla. Si para mí era mucho más difícil hallarla por lo reducido que estaba mi campo de visión en ese entonces, por lo menos tenía la esperanza puesta en que Mason si la pudiera encontrar, pero nada.

No logré tenerla conmigo más de una semana sin que le pasará nada, esa era mi preocupación, alguien como yo no podía cuidar de un animalito así.

Me estaba desesperando, porque por hambre ya hubiera salido, pero no era así, no estaba por ningun lado.

— Soy pésima — comencé a jalarme los cabellos

— Hey tranquila la hallaremos — sentí a Mason tocar mis hombros y besar mi cabeza.

Pensaba y pensaba dónde podría estar, pero nada se me ocurría, y peor aún, ya comenzaba a oscurecer. Un lindo final comenzaba a tener ése encuentro improvisado con Mason.

— Está oscureciendo ¿Donde podrá estar? — ya mi vista no hacia mucho así que ya no era de mucha ayuda.

— ¡Oh pero mira que tenemos aquí! — escuché a Mason.

— ¿Que pasa? — me acerqué a él que estaba bajo el árbol y apenas vi que miraba hacia arriba.

— Está arriba del árbol — dijo y no lo podía creer.

— ¿Como es que pudo llegar hasta ahí? — pregunté un poco sorprendida.

— No lo se, pero a esa altura es considerable para ellos saltar, así que hay que bajarla antes de que salté y se haga daño — dijo Mason comenzando a quitar su chaqueta para subir al árbol.

— No, no, puedes caerte no hagas eso — lo tomé del brazo, pero inmediatamente lo solté al sentir directamente su piel en mis manos.

— Tranquila no me pasará nada — acarició mi mejilla y comenzó a subir al árbol.

Ya para cuando había subido la mitad de él, no podía verlo, estaba muy oscuro así que me asusté por si algo pudiera pasarle.

— ¡TODO ESTA BIEN, YA LA TENGO! — escuché un grito desde arriba, lo cual logro calmarme pero no del todo.

— ¡YA BAJA DE AHÍ MASON! — pedí temiendo lo peor.

— Aquí vengo — apenas podía ver su silueta bajando del árbol — Ya estoy acá — dijo dando un último salto — Aahg — escuché una queja.

— ¿Qué? ¿Que pasa? Mason no me asustes — me agaché junto a él que estaba tirado en el piso, pero no respondía — Mason, dime — pedí.

— Nada, solo quería tenerte así, cerquita — dijo acercándose repentinamente a mi apunto de rozar mis labios, pero lo esquive.

— Eres un tonto — le di un leve empujón en el hombro — me asustaste — me levanté

Apenas y podía verle a Ada en las manos pero estaba muy feliz saber que estaba bien.

— Ay pequeña, haces una cosas — se la quité.

— ¿Y para mí? ¿No hay caricia?

— No, por tonto — dije dándome la vuelta — Pero Gracias.

— Con mucho gusto — me tomó de la cintura acercándome un poco a él y me giró.

Esa vez no pude resistirme, así que se acercó a mi y la que terminó dándole el beso fui yo. Fue apenas un roce de labios pero ya yo estaba que me temblaban las piernas.

— ¿Que hacen ahí? — escuchamos detrás de nosotros.

Marcus estaba parado en la puerta trasera, mirándonos curioso.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now