CAPITULO 39

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Todas guardamos silencio tras las últimas palabras de Laila, estaba muy sorprendida por como había tomado la situación.

Pero solo era Laila siendo Laila, y tenía mucha razón, me enorgullecía que comenzarán a entender que no todo giraba entorno a mi, o por lo menos una de ellas, por algo se empezaba.

Necesitaba que comenzaran a tratarme como una persona normal y sobre todo que sus vidas fueran vividas como era debido.

Solo pude regalarle mi mejor sonrisa, y le gritaba con los ojos un Gracias muy fuerte que entendió a la primera de repente tirándose encima de mi abrazándome y llenándome de besos, en los cuales no faltaron un par de locas más.

—Las quiero chicas —respondi a su brazos casi llorando.

—Y nosotras a ti —respondieron casi al mismo tiempo con una risa tronadora.

—Laila tiene razón y de eso quería hablar con ustedes —se separaron y me miraron expectantes.

Pero yo las guíe a un lugar más cómodo, no era nada agradable para mi estar ahí paradas prácticamente en el medio del centro comercial.

Ya había tenido una experiencia un tanto incómoda pero la más linda del mundo, y esperaba no tener una nuevamente rara justo en ese entonces y en menos de un mes, lo cual de solo recordarlo me sacó una sonrisa.

—¿Qué es lo que sucede Cami? —sabía perfectamente el tono que usaba Esme en ese momento.

—Yo solo quiero plantearles algo.

—Entonces no nos tengas en ascuas mujer —escupe Lai.

—Yo solo espero que no sea una mala noticia, ya recibí una, que por muy buena que sea, no sigue siendo menos devastador —todas la quedaron viendo un poco extraño, lo que me decía que no había hablado con ninguna de ellas tampoco.

—¿De qué hablas? —soltó Laila.

—Dejemos que Ami hable —le restó importancia, dándomela a mi.

Suspiré con la esperanza que todo resultara bien —Chicas yo quiero pedirles algo —no pude llamar mejor su atención —Quiero que vivan más sus vidas.

—¿Qué quieres decir con eso? —el ceño fruncido se Esme me decía muchas cosas.

—He estado pensando muchísimo —Continué —Toda nuestra amistad se ha basado en una confianza enorme, y siempre he sentido su apoyo incondicional que aprecio como no se lo imaginan.

Las veía a todas de hito en hito, diciéndole muchas cosas a cada una con la mirada, agradeciéndoles y gritandoles con ella que las quería, todo eso con solo lo que quedaba de mi pobre mirada, esa que un día no demostraría más que una oscuridad profunda.

<<Las quiero un montón, pero yo necesito que vivan sus vidas más de lo que lo están haciendo, que sigan siendo mis amigas, pero esas que me ven como un igual, no como la más débil y la que necesita más atención —Esme intentó hablar pero levanté la mano impidiéndole hacerlo.

<<He visto éste último año desde mi huequito de miseria como cada una de ustedes dejaba algo de lado, un sueño, una persona o incluso un momento de sus vidas que deseaban vivir —la mandíbula de Abi temblaba, Esme negaba varias veces y Laila, ella solo me miraba orgullosa —Ahora ha llegado alguien que a sido un salvavidas para hacerme flotar en cada gotita de agua que estaba llenando ese pozo.

<<Ese alguien me está enseñando a vivir, ese alguien me ha hecho ver que cada una de sus acciones, palabras e intentos no eran en vano, me hizo ver que era cierto y que yo solo me estaba haciendo la sorda y la ciega más de lo que ya lo era —Laila soltó una pequeña risa y las chicas la miraron mal, ella solo se encogió de hombros.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora