CAPITULO 14

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Marcus se había alterado como lo predije, se puso muy molesto y le reclamaba al que creía culpable por el estado en el que me habia encontrado.

Pero la única que saldría perjudicada sería yo. Le había dicho que se marchara y no lo hizo, ahora esto podía volverse un caos.

— Marcus no — lo frené.

— ¿Que sucede Camila? — Mason se veía confuso por lo que había dicho mi hermano y porque yo había evitado que terminara de hablar.

— ¿Que sucede? ¿Que sucede? — mi hermano aún seguía furioso y veía intenciones de acercarse cada vez más a Mason.

No estaba en condiciones ni ánimos para este tipo de escenas, la cabeza me iba a estallar, me dolía la rodilla, el codo, y en esos momentos lo único que quería era estar sola e irme a encerrar en mi habitación de la que nunca debía haber salido.

— Marcus !YA! — prácticamente le grité, lo que ocasionó me mirara sorprendido — No estoy para este tipo de escenarios, Mason por favor vete… — Marcus me interrumpió pero no lo dejé hablar — Y tú… — lo señalé a él — Entra a la casa que yo haré lo mismo.

— Pero… — lo volví a callar.

— Marcus por favor — pedí.

— Bien — le dio una última mala mirada a Mason y entró a la casa.

— Camila… — Intentó hablar Mason pero igual lo interrumpí.

Estaba de muy mal ánimo, de la tristeza pase al coraje en un solo paso, todo lo que ésa enfermedad me ocasionaba me estaba haciendo todo menos llevadero.

— Mason por favor, vete ¿Si? — su mirada era distinta, lo veía triste, y un poco decaído por como lo había tratado, pero no podía evitarlo.

— Está bien, ¿Nos vemos luego? — quiso despedirse pero se escucho más a pregunta, por lo que solo me encogí de hombros, di la vuelta y seguí el pequeño camino que me llevaría a la puerta de mi casa.

En cuanto entré a la casa Marcus intento hablar conmigo y más atrás mi madre, pero los ignoré y subí las escaleras para poder entrar a mi cuarto y no volver a salir.

Nunca, nunca debí creerme en la posibilidad de querer seguir con mi vida, me había equivocado, no hablar con la verdad desde un principio era un error, estaba mal, siempre lo había visto así y justo lo estaba haciendo.

Estaba mintiendo, fingiendo ser alguien que no era.

No paso más de 30min cuando escuché tres golpes justos en la puerta lo que me daba un indicativo de que era mi madre, y eso significaba que estaba pidiendo permiso para entrar.

— Pasa mamá — le dije para que de una vez terminara de entrar.

— ¿Estás bien corazón? — solo la escuchaba acercarse muy lento y sentí el colchón hundirse a mi lado.

— Si mamá, solo no quiero hablar — no me volteaba a mirarla, no quería derrumbarme.

Mi madre tenía ese poder conmigo, y con Marcus aunque aveces lo negaba. Con tan solo una mirada ya nos hacia soltar todo lo que sentiamos.

— Mírame hija — sentí su mano posarse en mi hombro — Cuéntame qué es lo que te pasa.

No me quedó de otra más que voltear mi cuerpo y ya quedar completamente frente a ella.

— Mamá — la miré a los ojos y mi labio inferior comenzó a temblar, estaba apunto de llorar y no podía evitarlo.

— Oh cariño — me abrazó, y me derrumbe.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now