CAPÍTULO 40

391 31 21
                                    

La canción de Mason.

A reason to move on.

De todas mis canciones esa era mi favorita, y me arriesgaría en dejarla para el final.

¡Si es que llego!

Mente positiva, mente positiva, ¡MENTE POSITIVA!

Me trataba de repetir eso en mi cabeza, que yo podía, lo lograría.

Era el día, había llegado el momento en el que debía presentarme por primera vez en público, un público que no eran mi hermano y mi mamá, y mucho menos mis amigas, no obstante, se encontraban entre el público lo que me llevaba a sentir un poco más de seguridad.

Pasó una semana, 7 largos días que me estaban volviendo loca. Debía preparar una presentación, la primera se debía a un original, y si pasaba me informarían que era lo que debía cantar en la siguiente presentación.

Pero lo que me estaba volviendo aún más loca era su ausencia, apenas se comunicaba conmigo, nunca estaba en casa, su padre casi ni lo veía y los mensajes eran escasos.

¿Como pretendía él que yo pasara por alto eso?

Me sentía insegura con cada uno de los participantes que pasaban al escenario, y por más que mi apoyo estaba entre el público, el que yo comenzaba a considerar el más grande, no estaba, no había ido, lo que me tenía con el alma por el piso.

Cada que me asomaba para ver hacia el público mis nervios se ponían peor. La última vez que lo hice me encontré con la flamante sonrisa de mi doctor entre todo ese barullo de personas alborotadas, lo cual me alegro muchísimo y me ilusionó, pero fue en vano, él no estaba.

Según la planificación del concurso solo faltaba una persona antes de que fuera mi turno y mis piernas se volvieron gelatina no podía mantenerme de pie, mis manos nisiquiera podían sostener mi amada guitarra, y para evitar que se callera de mis manos la apretaba muy fuerte pero el sudor de mis manos la hacían resbaladiza.

¡No iba a poder!

Me pasaba las manos por mi rebelde cabello en un intento ridículo por arreglar lo que ya estaba hecho, pero los nervios me hacía realizar actos estúpidos solo por el simple hecho de mantener la mente en otra cosa, la sola idea de que estaba apunto de presentarme frente a un grupo de jurados y un grupo de personas tan grandes no lo hacía mejor.

Me encontraba detrás del escenario sentada en una pequeña silla meciéndome como niña chiquita para calmar mi loco corazón.

—No puedes estar nerviosa sabiendo la gloriosa voz que tienes ¿O si?

Esa voz me hizo dar un salto tan grande que me puse de pie en un santiamén. Mi corazón no sabía si sentir emoción o pelear con mi cabeza que quería estar molesta.

—¿Estás aquí? —mi pregunta fue muy tonta pero estaba que no me creía que estuviera ahí, no después de sus repentinas huidas de mi.

—Sí ojitos, estoy aquí. Lo siento —se acerca lentamente y por instinto o no sé que era retrocedí, no era mi intención.

¡Nunca lo fue!
¡Nunca fue mi intención alejarme de él!
¡Nunca!

—¿No quieres que esté aquí? —si pregunta fue la que me llevo de nuevo a donde estaba físicamente.

—No… Si… —respondi rápidamente —Es que no has estado, no se qué pasa —me recompuse.

—Lo sé, te debo una explicación —dejo que termine de acercarse y me toma de una de mi manos —He tenido unos problemas, y prometo que lo explicaré, pero hoy vine para apoyarte, estar contigo y verte ganar ésto.

Si No Veo Tus Ojos [Corrigiendo]Where stories live. Discover now