Capítulo 2

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Una luz brillante me ciega al despertar haciendo que parpadee un par de veces para acostumbrarme a ella. Cuando finalmente lo logro, noto que todavía me encuentro en las orillas del lago y que la luz brillante provenía del sol que se encuentra en su punto más alto en el cielo.

Al recordar lo sucedido durante la noche anterior decido mirar mis manos para comprobar que aquello que vi ha sido solo una alucinación y convencerme a mí mismo que las patas de lobo no eran reales. Sigo observando más tranquilo mis manos, allí están, tan lisas como siempre. Continúo inspeccionando ahora mi cuerpo dándome cuenta de que mi ropa está destrozada.

¿Cómo es posible?
¿Qué me pasó?

No logro entender nada.

¿Ya se habrán dado cuenta de que no estoy en el orfanato? Claro que sí, ya es medio día.
¿Qué les voy a decir?

Si decido decirles la verdad me tacharían de loco, de todos modos, a causa de mi habitual comportamiento, solamente necesitan una excusa para encerrarme en el manicomio.

Debido al intenso calor la idea de adentrarse en el pequeño bosquecillo más allá del lago empieza a tentarme. Con la intención de resguardarme del sol me dirigo con parsimonia hacia dicho lugar sintiendo como la sed y el hambre comenzaban a aparecer. Sin saber que hacer me debato internamente si volver al orfanato o no. ¿Debería volver?
¿Qué explicación les daría?

Al llegar al bosque me recuesto en un árbol sintiéndome al mismo tiempo cansado, mareado y débil.

El crujir de unas hojas llama mi atención haciendo que gire rápidamente mi rostro hacia el lugar de procedencia del ruido. Al comprobar que no hay nada vuelvo mi vista hacia el lago sobresaltándome al encontrarme de frente con un hombre de aspecto intimidante. Alto, de piel aceitunada y contextura trabajada. Sus ojos son marrones al igual que su cabello aunque con visibles canas en él, pero lo que realmente completa su aspecto aterrador es la gran cicatriz que surca su rostro.

No puedo articular palabra, estoy aterrorizado y probablemente seguiría sin decir nada por mucho tiempo si el otro no hubiera hablado primero.

ㅡLamento asustarlo, señor Kim. Yo soy Kim Namjoon, mucho gustoㅡdice el desconocido extendiéndome la mano.

Por supuesto no se lo estreché. Esta persona es un completo extraño que prácticamente había aparecido de la nada. Podría ser un psicópata homicida.

Aunque probablementeㅡpiensoㅡ yo en este estado también parezca uno.

Además, Kim no es mi apellido.
¿Por qué me llamaría así? Ni siquiera lo conozco.
Lo miro desconcertado.

ㅡOh claro, lo lamento. Casi olvido su desconocimiento hacia su propia familiaㅡcontinúa retirando la mano.

Observo al desconocido con extrañeza. ¿De qué tendría que estar enterado?

ㅡDisculpe, señor, creo que se ha equivocado de personaㅡintento hablar en tono amable, no sé de lo que este hombre podría llegar a ser capaz y simplemente prefiero no arriesgarme. ㅡYo no soy quien usted dice.

ㅡEstoy seguro de que no estoy equivocado,ㅡdice con el mismo tono que yo había utilizadoㅡpor favor, acompañeme y le explico.

Este hombre debe de estar loco para pensar que aceptaría ir con él. La desconfianza aumenta a cada instante en mí y antes de poder detenerme ya me encuentro corriendo en dirección al lago intentando huir. Sin embargo, a unos escasos diez metros de haber corrido, aquel intimidante hombre había vuelto a aparecer delante de mí. Sorprendido freno de golpe incapaz de hacer nada más que mirar con temor al extraño.

ㅡPor favor, joven Kim, no me obligue tener que hacer esto por las malas. Usted tiene que venir conmigo, y si es necesario utilizaré cualquier medio para lograrloㅡla tranquilidad con la que pronuncia aquellas palabras no ayuda en nada a calmar mis nervios.

¿Qué puedo hacer? Claramente demostraba ser mucho más fuerte y rápido que yo. No podía huir, no tendría siquiera oportunidad. Pensando en que probablemente lo siguiente que diría sería la mayor estupidez que haría en mi vida, me aclaro la garganta hablando finalmente.

ㅡEstá bien, si no me queda de otra...

ㅡEntonces sígameㅡsonríe victorioso al escuchar mi respuesta.

Viendo como se dirige hacia la carretera lo sigo a paso lento cuestionándome internamente si la decisión que había tomado ha sido la correcta.

Observo como el desconocido cuyo nombre recuerdo como Namjoon saca un teléfono celular de uno de sus bolsillos y marca un número alejándose del mí, y aunque hubiera querido escuchar su conversación no alcanzo a oír nada.

Después de colgar regresa su mirada a mí y unos intantes después un auto negro de vidrios polarizados aparece junto a nosotros. Puedo notar a la persona que lo conduce: un joven chico rubio de brillantes ojos azules.

Namjoon abre la puerta trasera indicandome que entre. Lo miro de forma dudosa antes de ingresar al vehículo. Cierra la puerta tras de mí y se instala en el lugar del copiloto él también.

Nadie habla en los quince minutos de trayecto que llevamos hasta ahora. No era que el silencio me incomodara, para nada, pero tenía que saber que era todo esto, así que decidí hablar.

ㅡDisculpe, señor Kim Namjoon, usted me dijo que si lo acompañaba me iba a explicar todo ésto, y hasta ahora no me ha dicho nada.

ㅡUsted puede llamarme simplemente Namjoon o hyungㅡdice volviéndose hacia míㅡ. Y no se preocupe, como ya le dije voy a explicarle todo, pero va a tener que esperar hasta que lleguemos.

ㅡ¿Llegar a dónde?ㅡexclamo en tono preocupado, ¿dónde planea llevarme este loco?

ㅡA su castillo, señorㅡEsperen... ¿qué?¿Dijo mi castillo? este hombre sí que está totalmente loco.

ㅡMire, Namjoon, estoy hablando en serio. De verdad necesito saber a dónde vamos.

ㅡYa le dije que a su castillo, joven Kim. Esto no es una broma.

Este señor me saca de mis casillas, y encima me vuelve a llamar así, estoy harto. Golpeo con fuerza la puerta del auto por pura frustración, pero para mi sorpresa esta sale desprendida de su lugar cayendo en la carretera.

El auto se detiene bruscamente y yo miro mis manos incrédulo. No es posible que yo haya hecho eso sin siquiera resultar lastimado.

ㅡPor favor, joven Kim, cálmeseㅡ escucho la preocupada voz de Namjoon, pero yo sigo concentrado en mi manos sin sin poder entender aún la situación.

ㅡ¿Cómo hice eso?ㅡcuestiono apuntando hacia donde hace unos minutos se encontraba la puerta del auto.

ㅡSe lo explicaré todo cuando lleguemos, ahora por favor procure no volver a romper nadaㅡdice serenamente. Yo aún consternado por lo que hice lo único que atiné a hacer fue asentir.

El auto vuelve a arrancar y seguimos nuestro camino sin pronunciar ni una sola palabra más.

The King ◇TaeKook◇Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin