Renacimiento del Ser Celestial Supremo (Parte 1)

Capítulo 132: Pérdidas dolorosas

Capítulo 132: Pérdidas dolorosas

Yan Tianhen lo pensó un poco y concluyó que era muy razonable. La expresión fea en su rostro se alivió ligeramente y asintió con la cabeza. "Escucharé a mi Dage".

Yan Tianhen convocó a Ah-Bai, que actualmente estaba rabioso.

Un cachorro de tigre sano y robusto se acercó corriendo, chillando *ao ao*.

Yan Tianhen abrió los brazos para dar la bienvenida al cachorro de tigre.

Inesperadamente, Ah-Bai pasó corriendo junto a él y se arrojó sobre el cuerpo de Lin Xuanzhi.

Yan Tianhen, "..."

Yan Tianhen recuperó torpemente sus brazos y se frotó la nariz, fingiendo que no pasaba nada.

Lin Xuanzhi sintió que algo estaba un poco mal, pero lo que dijo Ah-Bai le hizo darse cuenta de lo que estaba pasando.

"¡Ao Ao Ao!"

< ¡Fruta Delicia Demoníaca! >

Ah-Bai siguió retorciéndose hacia la bolsa de almacenamiento de Lin Xuanzhi y manoseándola.

Lin Xuanzhi, "..."

¡Esta pequeña bestia glotona!

Lin Xuanzhi abrió su bolsa de almacenamiento y arrojó una bolsa entera de Frutas a Ah-Bai.

Ah Bai lanzo un *Aooo* e inmediatamente se agachó en el suelo, agarrando una ansioso e impacientemente para lamer.

Lin Xuanzhi miró a Qing Yuege, "¿Por qué parece que Ah-Bai no ha comido ninguna Fruta Delicia Demoníaca en ochocientos años?"

Yan Tianhen parecía angustiado, "¡Pero Dage siempre traía una bolsa de Frutas cada pocos días!"

Cuando Ah-Bai apareció por primera vez, algunos demonios se habían encogido en una cantidad considerable. Ahora, todos miraron hacia el cielo; ah, en ese entonces, debieron haber dejado algunos trozos de Fruta para Ah-Bai y Hu-Po, ¿verdad?

Qing Yuege estaba visiblemente avergonzado y estaba a punto de disculparse cuando el Leopardo de Ojos Dorados habló, "El mundo de las Bestias siempre ha sido uno donde los débiles deben inclinarse ante los fuertes, y donde la fuerza habla por sí misma".

Lin Xuanzhi asintió con la cabeza, "Eso es cierto"

El Leopardo de Ojos Dorados se quedó en blanco por un segundo. Nunca había pensado que Lin Xuanzhi fuera fácil de persuadir. A pesar de que no hablaba ni demasiado lento ni demasiado rápido, tenía una voz agradable y, en general, parecía tranquilo y elegante, en verdad, Lin Xuanzhi era una persona muy astuta.

Sin embargo, el que estaba a su lado era fácil de leer y sin esfuerzo. Yan Tianhen era realmente simple y puro.

¿Cómo se podía convencer a Lin Xuanzhi tan fácilmente?

Pero lo que ocurrió después mostro que el juicio del Leopardo de Ojos Dorados, adiestrado para leer a un sinfín de personas, estaba equivocado.

"Por lo tanto, considerando lo que acaba de decir, las acciones de los cachorros de nuestra familia, sin importar lo que le hagan aquí en el Instituto de Bestias Demoníacas, el Maestro Leopardo Dorado debería de asumir la responsabilidad."

Lin Xuanzhi sonrió como si su rostro fuera la llegada de la primavera, te haría olvidar quiénes eran los simples mortales.

Sin embargo, el Leopardo de Ojos Dorados solo quería llorar.