𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 24

138 19 10
                                    


–Entonces me castigó por comer el último cupcake –se quejó Niall frente a mí. Escuché la risa de los chicos y solo pude sonreír mientras seguía anotando en mi cuaderno.

El día de ayer había pasado toda la tarde estudiando matemáticas con las gemelas, pero no había manera de que entendieran. Estuve al rededor de tres horas sentado con ellas en la mesa pero nada funcionaba, simplemente no entendían. Así que ahora me encontraba ideando nuevas formas para que les resultara más fácil comprender.

–Hola chicos –pude ver de reojo como Harry llegaba y se sentaba a mi lado con su bandeja de comida en las manos–. Hola Lou.

–¿Donde estabas? –lo miré de reojo un segundo antes de volver mi atención a los apuntes.

–Necesitaba pasar a dejar un par de cosas a mi casillero –respondió llevando una papa frita a su boca. Asentí a modo de respuesta–. ¿Qué estás haciendo?

Sentí como recargaba su cabeza en mi hombro para mirar los apuntes en la hoja.

–Encontrando una forma de que mis hermanas entiendan matemáticas –resoplé dejando el lápiz en la mesa. Pasé mis manos por mi rostro para ahuyentar el sueño. Sentía los párpados pesados.

–No has tocado tu comida –apuntó mi bandeja.

–Hm no –negué concentrado en volver a escribir las simples fórmulas–. Necesito que ellas entiendan esto, así puedo descansar hoy.

–No ha dormido nada –escuché hablar a Liam.

Harry se quedó un minuto en silencio. De repente tomó el lápiz de mi mano y alejó la hoja de apuntes.

–Escúchame Louis –frunció el ceño mirándome. Aún cuando quería parecer enojado se veía tierno, lo que me hizo sonreír–. Vas a comer ahora mismo, estás pálido y me preocupas mucho.

–Estoy bien Harry –reí tomando sus manos–. No hace falta que te enojes.

–No estás bien –negó soltándome–. Apenas duermes y no estás comiendo.

–Harry tiene razón –dijo Niall mirándome–. Estás muy pálido Tommo.

–Si, se nota que no has dormido bien –habló Zayn a su lado.

–Chicos, tranquilos –suspiré y despeiné un poco mi cabello. Me sentía estresado, como si no tuviera tiempo suficiente para hacer todo lo que necesitaba y no sabía cómo arreglar eso–. Solo estoy algo cansado, pero me siento bien, ¿de acuerdo? Todo está bien.

Sentía como la sangre se acumulaba en mis mejillas y mordí mi labio, nervioso. No me gustaba recibir tanta atención por cosas innecesarias, y los chicos no despegaban la vista de mí con sus expresiones preocupadas, lo que no ayudaba.

–Al menos come –dijo Harry acercando mi bandeja. Lo miré unos segundos antes de girarme para devorar mi comida. Joder, ni siquiera me había dado cuenta del hambre que tenía–. Así está mejor.

Sentí como me daba unas palmaditas en el muslo y volvía con su comida.
Los chicos sonreían, estando satisfechos porque la insistencia de Harry funcionara, mientras yo sólo comía, degustando el simple sabor de la sal en mi papas.










C.

QUERIDO ABUELO Where stories live. Discover now