𝘌𝘱𝘪𝘭𝘰𝘨𝘰

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Después de que los chicos bajaran del auto y corrieran con la manta bajo el brazo de Liam, Niall me miró para después mirar las bolsas donde se encontraba la comida que habíamos comprado hace unos minutos para el picnic.

–No puedo creer que hayamos quedado en la misma universidad –rió Niall llegando a mi lado.

–Es increíble –negué viendo como los chicos se acomodaban en el pasto más adelante–. Así podremos vernos más.

–Aunque las facultades de cada uno quedan algo alejadas entre todas –frunció el ceño sacando una bolsa del auto.

–Eso da igual, nos veremos todos los días rubio –le di un pequeño empujón mientras sacaba otra bolsa de la parte de atrás.

–¿Qué pasará contigo y con Harry? –me miró un segundo acomodando el interior de una bolsa.

–Pues...teníamos pensado alquilar un departamento entre los dos –susurré sintiendo de pronto mis mejillas calientes.

–Espera, ¿van a vivir juntos? –abrió los ojos exageradamente mientras tomaba mi brazo.

–Eh, sí –reí rascando mi brazo, nervioso–. Es decir, no queríamos arriesgarnos a no quedar juntos en las habitaciones de la universidad...además, la idea del departamento es algo que teníamos planeado desde antes.

–Por dios Louis, son tan empalagosos –rió cerrando la puerta del auto–. Pero te das cuenta de la situación, ¿verdad? Van a vivir juntos.

–Lo sé Niall, es lo que acabo de decir –cerré con seguro el auto y comenzamos a caminar hasta donde estaban los chicos.

–Creo que aún no le tomas el peso –negó mirándome–. Van a vivir juntos, solo ustedes dos, compartiendo un hogar.

–De todas formas no es algo muy diferente –sonreí viendo como Harry le enterraba un dedo en el estómago a Liam–. Pasamos más tiempo juntos que con nuestra propia familia, lo único que cambiará es que dormiremos juntos todas las noches.

–¡Pero compartirán una casa! –me golpeó el brazo–. Louis, date cuenta, es un paso importante.

–Lo sé Niall, pero intento no tomarlo tan en serio –le sonreí viendo su cara de confusión–. Si es con Harry, está bien.

–Dios, me provocarás diabetes –resopló al momento en que llegamos con los chicos.

Harry me miró al momento en que me senté a su lado, y sonrió. De esas sonrisas que te dicen que todo estará bien, aunque el mundo se esté yendo a la mierda. De esas sonrisas que te brindan tranquilidad y calidez. Y ahí supe con seguridad, que no me importaría irme al otro lado del mundo, siempre y cuando sea con él. Aún nos quedaba mucho por vivir juntos, acabábamos de comenzar nuestra historia, y no podía estar más emocionado por compartir con él esta nueva etapa. La universidad nos esperaba, y con ella nuevas aventuras.

Harry era luz, era primavera y era arte. Era un pequeño pedazo de cielo, un mortal encerrando el alma de un ángel.
Y yo...yo solo agradecía todos los días por tenerlo a mi lado.





FIN.









–C.

QUERIDO ABUELO Where stories live. Discover now