𝘊𝘢𝘱𝘪𝘵𝘶𝘭𝘰 61

122 21 39
                                    


Eran las diez de la mañana de un frío día y yo me encontraba despierto y vestido, raro para un domingo.

Harry no tardaba en llegar y esa fue la razón principal de mi emoción mañanera. Me entretuve tocando un poco la guitarra, hasta que un grito en la planta de abajo me asustó.

–¡Louis! ¡Harry está aquí! –gritó mamá y sonreí inconscientemente sin dejar de jugar con las cuerdas.

A los segundos se escucharon unos pasos rápidos por las escaleras, y la puerta de mi cuarto se abrió dejándome ver a Harry con un abrigo gris y una tierna sonrisa. Dejé la guitarra a un lado con cuidado y después abrí los brazos en su dirección. Harry me miró divertido y corrió para abrazarme, cayendo yo de espalda a la cama y él arriba mío.

–Hola –me separé un poco para mirarlo y sonreír.

–Hola –respondió mientras yo acomodaba un poco su cabello lejos de sus ojos.

–Aún no te vas y ya siento que te extraño –hice un puchero ladeando un poco la cabeza, sacándole una risa.

–Solo son cinco días Lou –se separó para sentarse en la cama. Imité su acción y me giré un poco para quedar de frente a él.

–¿Empacaste todo?

–Así es, tengo mi mochila en el auto –se encogió de hombros apuntando vagamente la ventana del cuarto.

–¿Seguro? –entrecerré los ojos cruzándome de brazos–. ¿Llevas guantes?

–Sip.

–¿Gorro?

–Si, Lou.

–¿Uno de repuesto por si pierdes el primero?

–No creo que eso sea necesario.

–Bien, como quieras...–lo miré un segundo, pensando qué otra cosa pudo haber olvidado–. ¿Bufanda?

Su silencio acompañado con un puchero me confirmó que no, así que después de regañarlo me levanté y busqué una bufanda en mi closet, para luego acercarme a Harry, quien se había levantado, y pasarla por su cuello.

–Tienes la mala costumbre de helarte a cada momento, y no queremos que te enfermes, ¿o sí? –pregunté haciendo un nudo en la bufanda.

–Creo que no...–negó e hizo una pausa para después mirarme–. ¿Tú me cuidarías si me enfermo?

–Sabes que si ricitos –reí acercándome para besar la punta de su nariz–. Incluso te haría de esas horribles sopas de verdura.

–Sabes que no me gustan –hizo otro puchero mirándome fijamente. Reí negando y después de una pausa lo volví a mirar, esta vez tomando una actitud más seria.

–Escúchame, tienes que cuidarte, y Anne también, ¿de acuerdo? no la desconcentres mientras maneja y si están cansados, deben parar –tomé una de sus manos para darle un apretón.

–Louis, solo es un viaje, no pasará nada malo –sonrió un poco, notando que hablaba en serio.

–Pueden ocurrir muchas cosas Harry, nada me asegura que el próximo viernes vuelvas sano y salvo aquí –apreté los labios mirando nuestras manos juntas.

–Lou, ¿qué ocurre? –con la mano libre tomó mi mejilla y la acarició con su pulgar.

–Es que...por alguna razón recuerdo a mi abuelo, el último día que lo vi estaba en su casa, y me despedí como normalmente lo hacía...sin saber que esa iba a ser la ultima vez que lo iba a ver –me encogí de hombros intentando concentrarme en el calor de su mano–. Mi punto es, que durante el viaje puede pasar cualquier cosa, y tengo miedo de que esta sea la última vez que nos veamos...de solo pensarlo me da escalofrío. Necesito que te cuides.

QUERIDO ABUELO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora