Autor:Yu Xiao Lanshan
语 笑 阑珊
Capítulos: 193 capítulos + 8 extras
(completos)
Como parte de la familia imperial, cada movimiento de Chu Yuan en este juego de ajedrez se hace con aprensión, temiendo que c...
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TE ENSEÑARÉ COMO DESCIFRAR EL JUEGO DE AJEDREZ; FENG XIN JU
Los dos dormían abrazados, sin despertarse ni siquiera cuando era tarde. El eunuco Si Xi escuchó desde afuera; no hubo ningún movimiento en la residencia del emperador, por lo que ordenó que se guisara algo de comida caliente y recuperadora y se enviara cuando el emperador se hubiera despertado.
Había pasado una hora y la lluvia de verano comenzó a caer afuera. Después de un trueno, Chu Yuan abrió los ojos abruptamente, su corazón latió salvajemente durante bastante tiempo, antes de levantar la cabeza para mirar.
Duan Bai Yue todavía estaba dormido. Sus pestañas eran algo cortas, el puente de su nariz bastante recto, sus labios eran muy delgados. En su barbilla había un coágulo de sangre muy débil, azul verdoso; un forastero no podría notarlo sin mirar de cerca. Era una herida de cuando competían en artes marciales entre sí; no se había desvanecido ni siquiera después de todos estos años.
Después de un largo tiempo, Chu Yuan agarró su muñeca suavemente. El pulso bajo las yemas de sus dedos saltó con fuerza y firmeza; no pudo encontrar ninguna anomalía.
“¿Estás a gusto ahora?” Preguntó Duan Bai Yue.
El cuerpo de Chu Yuan se congeló.
“Ya he dicho que no pasará nada si Jin Can Xian no se porta mal”. Duan Bai Yue lo miró, “No dejaré que nada me pase a mí también”.
Chu Yuan retiró la mano y dijo: “ Mm. “
Duan Bai Yue probó la temperatura de su frente; estaba un poco caliente.
Chu Yuan giró la cabeza y dijo: “No es nada”. Si se atreve a preguntar por el médico imperial, ¡nos separaremos de usted!
“Deberías comer algo al menos, o te desmayarás de hambre”. Duan Bai Yue dijo: “¿Qué quieres comer, qué tal sopa de pollo con fideos?”
Chu Yuan asintió, su cuerpo estaba adolorido y realmente no quería moverse. Apoyado en el reposacabezas, mirando a Duan Bai Yue que iba a informar a Si Xi, lo pensó y preguntó: “¿Dónde está Tao Ren De?”
Duan Bai Yue se sentó junto a la cama y dijo: “Lo vendí”.
Chu Yuan se rió: “¿Quién estaría dispuesto a comprarlo?”
“Así que sabes que a los demás no les agradan los viejos”. Duan Bai Yue le ató la bata, “Probablemente estés agotado por ayer, descansa bien por unos días, no puedes verlo hoy, tampoco puedes verlo mañana, incluso si es algo tan enorme como los cielos “.
