XXIII. Nuevo amanecer.

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Luka me esperaba en la habitación, sentado sobre la cama y con aspecto de estar desolado. Sin embargo, yo ya había aprendido la lección y sabía que no debía fiarme de las apariencias. Pasé de largo, sujetando con más firmeza la toalla que llevaba anudada y me dirigí directa al armario, ignorando por completo su presencia.

Empecé a rebuscar en su interior, tratando de conseguir algo de tiempo para poner en orden todo lo que se acumulaba en mi mente. Escuché a Luka coger aire a mis espaldas como si quisiera decir algo.

Algo que yo no quería escuchar.

Reuniendo todo el valor que fui capaz, me deshice de la toalla, dejándola caer al suelo y comencé a vestirme, tratando de no darle importancia a que Luka estuviera allí mismo, observándome.

Una vez ya estuve vestida, me giré hacia el vampiro, dispuesta a dejarle bastante claros algunos asuntos. Me crucé de brazos mientras Luka me miraba con los ojos cargados de pesar.

-No quiero tenerte cerca –le espeté, tratando de controlar mi tono de voz.

Aún tardaría bastante tiempo en recuperarme de aquel golpe, de lo que había estado a punto de sucederme, pero tenía que mostrarme firme y decidida; estaba tan avergonzada de lo que había sucedido que no hablaría… solamente me quedaba hacer que Luka mantuviera la boca cerrada también. Aquello me perjudicaba enormemente y, de conocerse que mi hermano estaba vivo, podría perder el poco apoyo que había ido consiguiendo con el paso del tiempo. Miklós se había vuelto un ser inestable, cegado por distintas emociones y obsesionado con dos: el trono y yo; si se corría la voz de lo que había sucedido en aquella habitación… era muy posible que me obligaran a casarme con mi propio hermano por un mero capricho suyo.

Pero mientras mi destrozada autoestima y corazón se recuperaban, tendría que fingir una seguridad que había comenzado a flaquear en el mismo momento en el que Miklós me desveló qué era lo que quería de mí. Tendría que aparentar una fortaleza que no tenía.

-No quería marcharme hasta ver que estabas… -musitó y mis ojos lo taladraron.

-¿Bien? –ladré y el vampiro desvió la mirada, incómodo-. ¿Era eso lo que querías decir, Luka? ¿Crees que puedo estar bien después de todo lo que ha sucedido? –dejé escapar una risa amarga-. Pero no importa. Eso a ti no te importa.

»Quiero que reúnas a un par de hombres para que me acompañen a mi cita con Ethan Cavill, el líder dhampiro. Tú no vienes –añadí de manera tajante.

El vampiro se puso en pie y en una zancada llegó hasta donde yo me encontraba, poniéndome el guardapelo de mi madre y escondiéndolo bajo la blusa que llevaba. Su rostro parecía haberse vuelto de piedra, pero sus ojos lo delataban: estaba molesto con mi repentina decisión de dejarlo fuera. No era capaz de comprender que no quería tenerlo cerca en mucho tiempo y que, en aquellos momentos, su simple presencia allí me desagradaba, volviéndome a recordar lo que había sucedido antes.

Hizo un ademán de cogerme del brazo pero dejó caer la mano a su costado, pensándoselo mejor.

-No puedes apartarme de esto –declaró, comedido-. Soy la única persona que puede protegerte, que está capacitada para ello. Ninguno de mis hombres tiene la suficiente preparación para hacerlo como yo –pausa-. Estás dolida conmigo, incluso sé que no puedo aspirar siquiera a intentar ser tu amigo, pero déjame, al menos, que esté allí para darte la seguridad que necesitas. Por favor.

Parecía bastante seguro de sus palabras e incluso parecía haberse dado por vencido, aceptando mi decisión de dejar lo que quisiera que hubiera habido entre nosotros ahí. Mi destrozado corazón me exigía que lo apartara, que le pidiera que se fuera lejos de Londres y no volviera a aparecer, pero la lógica le daba la razón: Luka era el único caballero de la Orden del Dragón que tenía una preparación suficiente para cumplir con mi seguridad. «Además, si es una emboscada es posible que caiga…», añadió una insidiosa voz en mi cabeza; sabía que pensar en ello, en la posibilidad de que Luka pudiera morir en acto de servicio, era una crueldad. Pero guardaba demasiado rencor dentro de mí.

La señora de los vampiros.Where stories live. Discover now