Min Yoongi, siempre obtuvo el primer lugar.
Park Jimin, siempre fue el segundo lugar.
Sus vidas se basaron en competir entre ellos, queriendo obtener el mayor logro en el mundo de la música.
Incluso luchando en contra de su amor, en contra de sus se...
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Una y mil sensaciones sentía brotar y aparecer en todo mi cuerpo, no sabía exactamente como sentirme. Pero de lo que sí estaba seguro es que era positivo, me sentía... Feliz, completo, emocionado, por haber encontrado a Minnie.
Sé perfectamente que arruiné su vida, ese no es él, se que él no pertenece a esa cafetería, no se como es que está aquí en Seúl, que tuvo que hacer para poder subsistir, que será de sus padres, que estoy completamente seguro deben odiarme. No sé nada de él, más que vive aquí en Seúl y que trabaja en esa cafetería.
Pero debo averiguar más sobre él, aunque lo haré por las buenas, tengo suficientes contactos como para contratar a un investigador privado, pero no lo haré, entraré a su vida lentamente, lograré que me cuente sobre su vida él mismo, que me diga todo de él. Sólo así podré recuperar su confianza y nuevamente su amor.
Llegué a mi empresa, por primera vez tenía una sonrisa al entrar, supe que todos me veían extraño, pero no me importó. Al llegar a mi oficina entre más feliz que antes, prepare una taza de café negro y está vez me salió perfecto, me senté y empecé a trabajar.
Estuve un par de horas, concentrado y con una boba sonrisa en mis labios, todo me estaba saliendo de maravilla este grandioso día, todo estaba saliendo cómo quería y todo es gracias a mi bello Minnie.
Hoseok entró a mi oficina, está vez no le dije nada por no haber tocado antes, sólo ignoré ese hecho, su mirada me decía mil cosas que no entendía, pero más que todo curiosidad.
— ¿Quién eres y que has hecho con el gruñón de Yoongi?
— No se de que estás hablando — Reí bajó.
— ¡Ah! ¡Seguridad hay un loco haciéndose pasar por Yoongi!
— No seas escandaloso Hoseok, no arruines mi feliz día, por favor — Le pedí. Entró y se sentó frente a mi, escaneandome de arriba abajo.
— Ya, es en serio, cuéntame, ¿Qué te ocurrió para que estés como idiota sonriendo? Tú no sonríes... Es más, jamás había visto una sonrisa en tú feo rostro.
Decidí ignorar todos sus insultos y faltas de respeto, decidí que nada ni nadie arruinaría mi día.
— ¿Debe ocurrir algo grandioso para que esté feliz? — Le pregunté.
— ¡Pues claro que sí!
— Bien, te contaré, pero no debes decir absolutamente nada, ¿Entendiste Hope?
— Entendido, pero ya cuéntame, ¿Qué es eso tan grandioso?
Sentí de repente unos nervios apoderarse de mi, pero inmediatamente la boba sonrisa apareció en mi rostro.
