Nicole Anderson es una hibrida que junto con su hermano Erick, deciden ayudar a la familia Cullen cuando está esta en problemas con la "Realeza" a causa de una pequeña, que por lo visto, también era hibrida. Pero Nicole no esperaba que cierto lobo...
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Casa de Black en multimedia.
CAPITULO 7
Pov. Paul Lahote
Toqué la puerta de la casa de los Black y metí mis manos en mis bolsillos delanteros a la espera de que alguien me abriera. A los segundos la puerta se abrió dejándome ver al padre de Rachel, el señor Billy Black.
-Buenos días Billy, vengo a hablar con su hija. - le dije nervioso ante su mirada seria, era obvio que sabía lo que estaba pasando y eso lo hacia más incomodo.
-Se que lo que paso no es tu culpa y que tarde o temprano podía pasar, solo te pido que tengas cuidado con las palabras que utilizaras con mi hija. - dijo haciéndose a un lado con silla de ruedas, dejándome pasar con un gesto resignado. - Ella no ha estado bien estos días. - me explico cerrando la puerta y no pude evitar sentirme mal por eso.
-Realmente lo siento, nunca fue mi intención herir a Rachel. - dije rascándome la nuca. Todavía recuerdo todo el esfuerzo que tuve que hacer para que tanto Jacob, como Billy, me dejaran salir con la pequeña Black, advirtiéndome de que si la lastimaba nunca me lo perdonarían.
-Lo sé, por eso te pido que le des un tiempo para que ella pueda superarlo, eso antes de dejarte ver públicamente con tu impronta. - me pidió suspirando, ya que no parecía gustarle la idea, ¿Sabrá quien es mi impronta?
-No se preocupe señor, esperare a que ella pueda superarlo. - le prometí firme. Aunque eso implique tener que verme con Nicole a escondida por lo menos un tiempo, después de todo era lo mínimo que podía hacer por ella.
-Bien, ella está en su habitación. - dijo para después dirigirse a la cocina. Yo tome aire y camine hasta la puerta de su habitación para tocarla y después poder escuchar un "pasa" que me dio vía libre para entrar, así que lo hice y lo que vi no me gustó nada. Su habitación estaba completamente a oscuras y por lo poco que podía ver estaba todo desordenado, algo poco común en Rachel.
-Soy yo Rach. - le dije en un susurro y ella se levantó de la cama para verme ilusionada. Vino hasta donde estaba yo y me abraso fuertemente. Se lo devolví igual de fuerte para que no se sienta rechazada. - Ya paso, ¿Cómo te sientes? - le pregunte llevándola a su cama para después ir a la ventana y abrirla, dejando entrar la luz natural a la oscura habitación.
-No muy bien, siento todo este desorden. - dijo apenada y yo solté una risa despreocupada cuando la escuche.
-No te disculpes, tú sabes que mi cuarto es mil veces peor. - le dije levantando su ropa del piso con su ayuda para ponerla en su cama, de esa forma la habitación se veía mucho más presentable. - No me molesta que tengas todo hecho un desastre, sino el motivo por el cual esta así. - le dije tomándola de la mano y sentándola en la cama. Yo, por otro lado, me puse entre sus piernas en cuclillas. - Nadie vale lo suficiente como para que te encierres y dejes tu vida de lado Rach. - le susurre sacando su pelo de la cara y viendo como sus ojos estaban tristes por mi culpa.
