I Give You Life - Paul Lahote

- Capitulo 17 -

CAPITULO 17

Un rato después de haber estado en la moto llegamos a la casa del padre de Jacob, quien por lo visto era parte del consejo junto con Quil Alteara, pariente de mi amigo y Sue, la madre de Leah y Seth. Y cuando estábamos estacionando al lado de una camioneta, pude ver a lo lejos a toda la manada reunida alrededor de una fogata que también incluía a las improntas, a las cuales aun no conocía, pero lo que me incomodo es haber visto a Rachel junto con una chica que no conocía. Por lo que inevitablemente mire a Paul, que ya había bajado de la moto y ahora se encontraba sacándome el casco, y que al verme soltó una risa divertida, supongo que era por mi cara de frustrada, y a continuación  se puso entre mis piernas para besarme profundamente hasta quitarme el aire que realmente no necesitaba. Yo por supuesto le devolví el beso mientras rodeaba su cuello y él mi cintura.

-Vamos gruñoncita, no voy a dejarte sola en ningún momento. - me susurro haciéndome sonreír levemente, y causando que el leve enojo que tenia desapareciera. 

-No sé cómo haces, pero eres él único que me hace dejar de lado el enojo. - le dije abrasando su cuello y él me miro intensamente durante unos segundos para después sonreír levemente y ayudarme a bajar de su moto.

-Creo que es al revés nena. - me dijo dejándome confundida, pero después me dejo un pequeño beso en mi frente y me tomo de la mano para llevarme al grupo que estaba riéndose y comiendo unas hamburguesas que parecían más cocidas de lo normal. - Ya llego por lo que esperaban. - dijo sonriendo engreído haciéndome reír.

-Al fin Nicky, ya era hora de que llegaras. - se burló Jared tomándome de la mano y sentándome a su lado, algo que hizo reír a los demás, ya que Paul gruño por lo bajo mientras se sentaba en uno de los troncos que simulaban asientos, y me tomo hasta sentarme entre sus piernas, pero con la diferencia de que me sentó en la tierra, quedando él un poco más arriba. - Ya no hay dudas, lo perdimos. - dijo divertido mientras me reía por el comportamiento de mi hermoso lobo.

-Tuvieron suerte de que pudiera separar algunas para ustedes. - dijo Emily alcanzándonos algunas hamburguesas.

-Gracias Emily, la verdad es que ya tenía hambre. - le dije sonriéndole de forma cálida mientras tomaba el plato que nos tendía.

-Perfecto, ahora que estamos todos podemos comenzar. - dijo el padre de Jacob mirándome unos segundos desconforme para después mirar a todos. - ¿Bien que les parece si empezamos con la primera leyenda de la tribu? - dijo llamando la atención de unos pocos que se centraban en la historia con emoción, yo por mi parte solo me limite a escucharla, pero mientras pasaban los segundos empecé a sentirme un poco enojada por como hablaba de los vampiros, como si todos hubiéramos elegido esa vida.

Llegado el momento algunos me miraban curiosos, pero yo solo me mantenía seria mientras sentía los brazos de Paul rodearme en un intento de que relajara mi cuerpo. Segundos después termino de contar la historia y varios empezaron a hacer preguntas u opiniones, pero todo se complicó cuando Embry hizo una pregunta:

-Nicky, ¿Tu cómo te convertiste? - me pregunto mirándome con interés, y en ese momento todos se quedaron expectantes. Yo mire un poco a todos con una sonrisa falsa sin saber que decir, si ellos sabían la verdad no me dejarían estar con Paul, que, por cierto, me miraba interesado.

-No es una historia agradable, pero lo que sí puedo decirte es que no todos eligen ser inmortales. - le respondí vacilante, pero dando mi punto de vista. - Escuche muchas veces llamarnos monstros, cuando en realidad solo seguimos nuestros instintos, y si bien hay algunos más enfermos que otros, no todos son insensibles. - le dije sonriendo levemente. - Después de todo los lobos son carnívoros, al igual de muchas otras especies que matan para sobrevivir, así que yo solo lo veo como supervivencia. - dije perdiendo unos segundos mi vista en el fuego.

-¿Alguna vez te encontraste con un vampiro "enfermo"? - me pregunto Leah dejándome sorprendida, ya que ella nunca me había hablado. - lo pregunto solo por curiosidad. - aclaro incomoda al ver como había llamado la atención su pregunta.

-No me molesta que preguntes. - le dije sonriendo y ella solo asintió aun incomoda. -y para responder tu pregunta, sí, me encontré con varios de esos inmortales, pero por suerte siempre pude solucionar el problema, aunque tengo que reconocer que mi hermano en más de una ocasión tuvo mucho que ver con eso. - dije divertida al recordar las innumerables veces que salvo mi vida. Al rato pase mi vista en los demás me percate que cada uno se había enfrascado en una conversación distinta, algo que agradecía.

-¿Quieres ir a caminar? - me pregunto Paul al ver que Rachel me miraba mal. Pero la verdad ni cuenta me había dado, y la verdad es que me sorprendía que no me haya insultado ni nada.

-Si, me gustaría. - acepte al mismo tiempo que me levantaba con él a mi lado, que tomo mi mano sin dudar para introducirnos en el bosque, sin ir muy lejos. - No estuvo tan mal, incluso tengo que reconocer que fue interesante. - le dije divertida viendo como él salía de sus pensamientos para darme una sonrisa.

-Es bueno saberlo. - me dijo sentándose en una raíz que salía de un árbol para después sentarme en su regazo. - Me quede pensando y me gustaría saber tu historia, claro, solo si quieres contármela. - me dijo inseguro y le sonreí levemente.

-No va a gustarte y la verdad es que no estoy lista para hablar de eso, pero te prometo que serás el primero al que le cuente. - le prometí dándole un beso que lo hizo sonreír. - Oh, casi lo olvido, mañana iré a visitar a los Cullen, ¿No te molesta, cierto? - le pregunte viendo como hacia una mueca que intento disimular.

-No me gusta que vallas a esa casa, pero si quieres ir estas en todo tu derecho. - me dijo haciéndome sonreír ampliamente. - Pero prométeme que me dejaras la noche solo para nosotros. - me susurro con una sonrisa encantadora que me hizo perder durante unos segundos.

-Seré toda tuya. - le dije acariciando su mejilla aun un poco incrédula. - No puedo creer que estemos juntos, por un momento pensé que esto sería un fracaso. - me sincere viendo como él hacia una mueca.

-Si, supongo que eso es un poco mi culpa. - dijo escondiendo su cara en mi cuello para respirar profundo. - Pero ya no voy a dejarte ir, ahora eres solo mía y nadie más va a tocarte nena. - me aseguro haciéndome reír.

-No tengo problema con eso, pero solo si tú eres solo mío. - le dije juguetona mientras acariciaba su pelo. Él me rodeaba con sus fuertes brazos que me hacían sentir pequeña y frágil.

-Eso nunca estuvo en duda, siempre fui tuyo. - me aseguro dejando un leve mordisco en el cuello que me hizo reír, pero a los segundos inconscientemente me empecé a concentrar en la sangre que viajaba por sus venas, que, por cierto, olía riquísimo. Respire lento para después tragar en seco y levantarme de su regazo.

-Hey lobito, creo que tengo que resolver un asunto. - le dije viendo como él se centraba en mis ojos.

-No hay problema nena, te espero en la moto. - me dijo con una leve sonrisa desorientada e indecisa. Así que sin dudarlo me acerque a él y lo bese lento para que supiera que conmigo nunca correría peligro.

-Solo serán unos minutos. - le dije con una sonrisa mientras veía su hermosa yugular. -Espérame. - susurre para después escabullirme por el bosque a velocidad inhumana. Me asegure de estar fuera del límite para cazar algún animal, porque si, hace unos pocos días me había dado por probar la sangre animal, y la verdad no tenia de que quejarme.

Cuando termine me asegure de no dejar rastro de sangre y emprendí mi marcha, pero estando todavía un poco lejos podía escuchar dos gruñidos completamente animales a punto de atacarse, y cuando sentí que uno de esos animal era mi moreno corrí llegando a la escena donde estaban Jacob y Paul a punto de despedazarse.