Nicole Anderson es una hibrida que junto con su hermano Erick, deciden ayudar a la familia Cullen cuando está esta en problemas con la "Realeza" a causa de una pequeña, que por lo visto, también era hibrida. Pero Nicole no esperaba que cierto lobo...
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CAPITULO 11
Estábamos en mi habitación terminando el último trabajo y yo suspire cansada mientras me levantaba de mi silla que estaba frente al escritorio y me tiraba en la cama con pereza.
-Definitivamente no extrañaba esto. - dije mirando el techo con un poco de sueño, pero igual así, podía sentir que cierto lobo me mirarme fijamente.
-No puedes quejarte, solo tienes que ir cuatro meses y te gradúas. - dijo divertido mientras se recostaba en el respaldo de la silla.
-No hablo de la tarea. - le respondí pensativa mientras que él se me quedó viendo confundido. - Esto no es lo mío. -le dije haciendo una mueca mientras él se acostaba al lado mío sin dejar de verme confundido. - no soy buena involucrándome con personas. - le aclaré viendo como el me miraba culpable, pero antes de que sacara el tema seguí hablando. - y ahora resulta que para mañana tengo que tener un compañero para hacer un trabajo. - gruñí tapándome la cara con impaciencia.
-Relájate, estoy seguro de que alguien estará dispuesto de ser tu compañero. Solo tienes que preguntar. - me dijo acariciando mi pelo para que saliera de mi cara. - Confía en mí, esto pasara rápido y luego estarás haciendo lo que antes hacías. - me dijo sonriéndome, pero pude ver como su cara se volvía curiosa. - Por cierto, ¿Qué demonios haces con tanto tiempo? - dijo frunciendo su entrecejo llegando a darme ternura y sacarme una risa leve.
-Absolutamente de todo. - le dije viendo como él esperaba más detalles. - Me gusta leer, sacar fotografías de paisajes, o personas que no conozco para después crear una historia ficticia, e incluso me gusta la estética. - le dije con emoción al recordar mis pasatiempos que había dejado de lado. -Ya sabes, el maquillaje, practicar peinados y todo eso, incluso esa fue la forma en que conocí a Alice hace 40 años. Era un desfile en parís que estaba dedicado para personas de clase alta, aunque realmente no se aseguraban de que todos los integrantes lo fueran. - le dije riendo al recordar cómo me cole en ese evento. - También me gustan los videojuegos, supongo que eso viene de parte de mi hermano que cuando éramos niños me obligo a aprender para que él no tuviera que jugar solo. - le dije sacándole una pequeña risa, cuando lo vi a los ojos él estaba viéndome muy detalladamente. Nos quedamos unos segundos sin decir nada, simplemente nos mirábamos mientras él me acariciaba la mejilla con delicadeza. Creo que era una de las pocas veces que teníamos contacto.
- Lo siento. - me susurro esquivando mi mirada confundida mientras se dejaba caer en la cama, y de esa forma teniendo mi atención.
- ¿De qué hablas? - le pregunté confundida y me puse de costado como hace unos segundos él estaba ubicado.
-No tuve que dejarte sola en el comedor, bueno en realidad en todo el día. - dijo con clara culpabilidad, algo que me hizo sonreír. - Pero no quiero lastimar a Rachel, ella no se tomó muy bien la ruptura y se lo prometí a su padre. - dijo dejándome sorprendida.
-Me hubiera gustado saber eso antes de pensar que te daba vergüenza estar conmigo o que había hecho algo mal. - me sinceré sentándome en la cama al igual que él que me vio alarmado.
-No, nunca pienses eso, solo no sabía cómo tomar la situación. - me aclaro soltando un suspiro. - No soy muy bueno con eso de ser cuidadoso y reservado, por eso no quería que vengas a la mesa, sabía que no iba a poder evitar querer tenerte cerca. - me explico haciéndome asentir pensativa.
- ¿Ella es importante para ti? - le pregunte seria esperando que fuera sincero.
- Si, ella es muy importante, pero no como antes. - dijo viéndome serio. - Ahora solo la aprecio como una amiga, y no me gustaría verla sufrir por mi culpa. - suspiro viendo por la ventana pensativo.
-Entonces tomare distancia. - le dije evitando su mirada. - solo hasta que ella pueda superarlo, pero solo me alejare cuando ella esté presente. - le aclare haciendo una mueca viendo como él me sonría encantado, pero no sé por qué. - Y que quede claro que ella no me importa en lo más mínimo, pero puedo hacer ese pequeño sacrificio. - le dije de forma dramática haciéndolo reír. El me rodeo la cintura para dejarme caer arriba suyo y de esa forma abrazarme cálidamente, cuando le correspondí el abrazo me sentí tan relajada y cómoda que suspiré somnolienta.
-Eres increíble, cualquier otra chica hubiera hecho un escándalo. - me dijo haciéndome reír, pero sin abrir mis ojos. Me recosté en su pecho mientras él me acariciaba él pelo. ¿Por qué se sentía tan bien estar con él?
-Recuerda que podría ser la abuela de tu abuela. - le susurre siendo su turno de reír. - Ya pasé por esa etapa de poca tolerancia, pero eso no significa que no sea celosa. - le aclare al final mientras bostezaba.
- ¿Te puedo proponer algo? - me pregunto respirando mi esencia con los ojos cerrados.
-Todo menos esconder cuerpos, no soy buena en eso. - le dije con la vos adormilada ya que estaba tan cansada que casi me quedaba dormida. El negó divertido mientras me acariciaba el pelo. Su latido me estaba dejando al borde de caer dormida.
-En realidad solo quería invitarte a una cita. - me dijo causando que abriera los ojos. - Pero ahora se a quien no llamar cuando decida matar a alguien. - me respondió causando que me ría. Me gustaba ver cómo me seguía los malos chistes.
- ¿Cómo sería eso? - le pregunte levantándome y recargando mi peso en mi brazo que reposaba en la cama. - Lo digo porque aquí las noticias vuelan como nada, y si no queremos que nadie se percate de que tenemos citas, no podremos ir a ningún lugar público. - le recordé viendo como él me sonreía divertido.
-Déjamelo a mí. - me dijo sonriendo, pero su celular empezó a sonar. - maldición. - susurro suspirando mientras contestaba la llamada. - ¿Qué sucede?... ¿Tiene que ser ahora?... deja de joderme Jacob. - le gruño enojado, se levantó de la cama y pude ver como apretaba sus puños con enojo contenido y a los segundos corto la llamada despeinándose el pelo. Estaba tan concentrada en su reacción que no preste atención a lo que habían hablado, pero por lo visto no era algo bueno.
- ¿Ocurre algo? - le pregunte mientras me levantaba y me acercaba a él que estaba de espaldas. Puse mis manos en sus hombros y los presioné un poco para que se destensara. Algo que parecido funcionar porque se relajó, y yo sin contenerme le abrace el torso recostando mi cara en su ancha espalda que estaba toda marcada.
-Nada importante. - me respondió con esa voz grabe que me causaba estragos en mi cuerpo. Se dio la vuelta para esconder su cara en mi cuello y respirar profundo. - Me encanta tu olor. - me susurro dejándome un poco colorada mientras me pegaba aún más a su cuerpo, como si no me quisiera dejar ir. - Tengo que irme, pero mañana vendré por ti para llevarte al colegio. - me susurro acariciando mi cuello con su nariz, haciéndome suspirar complacida.
-Te voy a estar esperando. - le susurre alejándome de él que no parecía querer tenerme lejos, por lo que soltó un leve gruñido mientras me miraba a los ojos unos segundos, él los tenía completamente negros y con un toque lujurioso que me hizo mojar las bragas. - Ya vete. - le dije divertida mientras sacaba sus manos de mi cintura, a la cual se había negado a soltar, pero a los segundos lo hizo y se acercó a mi para dejar un beso prolongado en mi comisura. Cuando volví a la realidad él ya se había ido.
