Nicole Anderson es una hibrida que junto con su hermano Erick, deciden ayudar a la familia Cullen cuando está esta en problemas con la "Realeza" a causa de una pequeña, que por lo visto, también era hibrida. Pero Nicole no esperaba que cierto lobo...
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CAPITULO 12
Había pasado una semana desde ese día, y resulta que al final no pudimos salir ni a la cita ni el fin de semana porque si no era yo con mis trabajos, era él con asuntos de la manada. Pero apartando ese pequeño percance, el resto de las cosas habían salido bien. Por un lado, había conseguido un compañero para él trabajo, se llamaba Caleb y la verdad era muy simpático. Y por el otro lado, había estado saliendo con Alice recordando viejos tiempos, incluso en más de una ocasión me quedaba con los Cullen que siempre me recibían, pero tenía que reconocer que la niña me ponía incomoda, ella era todo risitas, abrazos, y eso, me desconcertaba, pero lo peor era que ella lo sabía e igual así le siguió haciendo.
-¡Nicky! - me llamo mi hermano desde la cocina, así que fui hasta allá para verlo juntar algunas cosas apresurado, eso mientras se terminaba de comer una tostada. - Hoy me toca turno durante el día, pero ¿Qué te parece hacer algo en la noche? - me propuso mirándome por cortos segundos.
-Me parece perfecto. - le dije yendo a la heladera para sacar un jugo. - Pero ahora vete porque llegaras tarde hermanito. - lo moleste viendo el reloj.
-Que agradable hermanita. - dijo sarcástico mientras se acercaba y me dejaba un beso en mi frente para después irse. - Nos vemos en la noche. - se despidió cerrando la puerta y dejándome en la silenciosa casa.
Hoy tenía que ir a clases, pero había recibido un mensaje de Paul diciendo que no podía llevarme hoy, así que le había pedido el favor a Quil para que pasara por mí, pero a diferencia de Paul, él no parecía muy puntual. Una bocina me saco de mis pensamientos y tome mi mochila para salir afuera donde estaba Quil esperando paciente.
-Aquí esta tu héroe. - me dijo divertido haciéndome soltar una risa.
-Pues parece que mi héroe no es muy puntual. - lo moleste yendo a saludarlo y después subirme a la camioneta al igual que él.
- ¿Qué harás hoy? - me pregunto mientras conducía por el camino entre los árboles. - lo pregunto porque hoy los chicos y yo iremos a la playa y pensamos en invitarte. - me contaba emocionado hasta el punto de contagiarme, últimamente estar con él y los demás chicos me hacía sentir muy bien, era como si encajara por primera vez en un lugar.
-Me gusta la idea, después de todo el día esta increíble. - le dije viendo el inesperado sol que me hacía sentir cálida. - Pero no podre quedarme por mucho tiempo, también hice planes con mi hermano. - le conté al recordar el pequeño detalle.
-No hay problema, igual solo pensábamos pasar la tarde. - dijo alzando sus hombros despreocupado.
-Genial. - le dije sonriendo mientras estacionaba la camioneta. Por lo visto no habíamos llegado muy tarde, así que busque a Paul con la intención de poder saludarlo. Si bien sabía que no podíamos demostrarnos en público no creía que un saludo matara a alguien.
Pero cuando lo vi bajarse de su moto me sentí incomoda, ya que su ex novia estaba sentada en la parte trasera mientas se sacaba el casco. Ella le sonreía divertida mientras le giñaba un ojo coqueta, haciéndolo reír en el proceso. Respire profundo recordando lo que había prometido, no haría ningún escándalo.
-No dejes que te afecte. - me dijo Quil que sin darme cuenta estaba abriendo mi puerta mientras esperaba que bajara, así que lo hice sonriéndole un poco forzada.
-Lo sé, pero molesta. - trate de sincerarme, pero no me había salido muy bien ya que en realidad quería decir que lo odiaba, odiaba esta situación. Pero por él lo haría. - Voy a ir entrando. - le comunique mientras el miraba en dirección de Paul.
-Nos vemos a la salida. - se despidió yendo con los demás chicos. Yo aun no me llevaba muy bien con todos, solo con Jared, Quil y Seth, y no me estaba quejando, de verdad los veo como amigos y son los únicos que no me hacen sentir demás. Suspire con una leve sonrisa y entre al instituto que no hace mucho había abierto sus puertas.
Estaba caminando por el pasillo cuando escucho que alguien me llamaba desde atrás mío, así que me di la vuelta y sonreí al ver a Caleb.
-Hey, por un momento pensé que me estabas ignorando. - me dijo sacándome una pequeña risa. - Falta poco para entregar el trabajo, ¿Qué te parece si pasado mañana vamos a mi casa? - me pregunto caminando al lado mío mientras guardaba un libro.
Él era un chico muy atractivo y no podía negarlo, sus ojos verdes y ese pelo negro azabache lo delataba, eso además de su simpática personalidad que me hacía sentir cómoda, pero de ninguna manera se comparaba con Paul, que me había dejado completamente atrapada con ese temperamento podrido y esa parte coqueta que me daban ganas de pecar.
-Me parece bien, después déjame tu dirección. - le dije mientras entrabamos a uno de los salones donde tendríamos calculo, que por cierto, era la materia que más odiaba. Caleb y yo nos sentamos al fondo del lado de las ventanas, algo que me gustaba de él es que, si bien era muy sociable y "popular" no me dejaba tirada, por lo contrario, cuando me veía sola se acercaba y me hacía compañía, algo que molestaba a Paul, pero él nunca me dijo nada.
De igual forma tendría que ser estúpida si cambiaba a Paul por Caleb, porque realmente me atrae el moreno, su temperamento, su carácter y su hermosa sonrisa era preciosa. La profesora entro al salón con una clara expresión de dormida que me hizo bufar, ¿Por qué mejor no se quedó en su casa durmiendo?
-Ya quiero que termine. - me queje recostándome en el respaldo de la silla con desinterés.
-Ya somos dos. - me susurro distraído con su celular, miré lo que hacía y lo vi jugando un juego que me dejo entretenida.
-¿Cómo se llama? - le susurre mirando que la profesora no se percatara de estábamos hablando, él hizo lo mismo y después me miro con una sonrisa de emoción.
-Clash Royale. - me respondió acercándose a mi mientras me mostraba la pantalla mientras jugaba. Mientras pasaban los segundos me fue mostrando y enseñando a jugar hasta que me presto él celular para jugar. Al principio era realmente mala, incluso podía ver los lamentos de Caleb cada vez que perdía una batalla, y eso realmente me hacía reír.
Lo bueno de esto es que ahora no me aburriría. Solo esperaba que las clases terminaran rápido, porque realmente me hacía falta descansar un poco y mejor si era en la playa.
