La Navidad llega antes de tiempo a Chiara, una joven periodista que tendrá que ir al extranjero y conseguir un exclusivo con uno de los magnates más difíciles de entrevistar de todos los tiempos.
Chiara acaba de terminar su carrera como periodista...
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Como me había dicho Mason sobre el fin de semana, mi vida ya no tenía minutos. Me he dejado llevar por los preparativos. El jueves por la mañana, estaba sentada con Jeremy, que me había ayudado y me había explicado todo lo que tenía que hacer para cubrir este tema, a lo que tenía que prestar atención, a la escritura, básicamente a todo. Estudiamos juntos lo poco que sabíamos sobre el evento, pero realmente me ayudó a sentirme más segura en el trabajo que tenía que hacer.
—Me voy el fin de semana a casa de mis padres. Siempre nos reunimos por estas fechas. Pero cualquier cosa que necesites, házmelo saber. Y si pasa algo, volaré hasta ti —dijo.
—Gracias, Jer, no sé qué haría sin ti. —Le di un abrazo—. Y por cierto, ¿cómo es tu situación con Shannaya? No quiero entrometerme, pero veo que últimamente estáis muy unidos.
—Chiara, creo que me estoy enamorando —me alegró y sorprendió su confesión.
—¡Vaya! Eso es muy fuerte. ¿Estás seguro de que sabes lo que dices? Me gustan los dos. No quiero veros sufrir a ninguno de los dos —temía que Shannaya volviera a resultar herida. Jeremy parecía un buen tipo, pero no lo conocía bien, ni sabía cómo llevaba las relaciones.
—La quiero. Es maravillosa, y me pone completamente tonto cuando estoy cerca de ella —sus ojos brillaron mientras hablaba.
—Sí, es muy especial. Por favor, no le hagas daño, Jeremy. Ha pasado por muchas cosas —le pedí.
—No me habla mucho de su pasado ni de su vida, pero te prometo que no quiero hacerle daño, sino todo lo contrario. Espero no estar metiendo la pata en esto y acabar tocando los cuernos.
—Tómatelo con calma, poco a poco. Shannaya aún tiene heridas de su pasado que curar, pero estoy segura de que juntos podréis sanarlas. Me alegro mucho por ti y por ella.
—Vamos, pero ahora tenemos que centrarnos en ti. Esta tarde tienes que ir con Britanny a elegir la ropa para el evento y, querida, no te quedes corta. Tienes una figura fantástica y vas a estar divina entre esas divas de los tiburones.
—Gracias, Jer, pero tú eres el que me mira con buenos ojos. No soy perfecta como esas personas. Puede que sea italiana, pero la moda y yo no vamos precisamente de la mano. —Estaba ya nerviosa ante la idea de tener que confeccionar un vestuario completo para el evento y no tenía ni idea. Además, Brit iba conmigo y no sé si eso era mejor o peor. ¡Me enteraría en un minuto!
Por la tarde fuimos los dos a una megatienda de ropa de lujo. Dentro, había todo tipo de ropa de alta costura. Un lugar en el que nunca habría entrado si no fuera por esta situación.
—Cálmate Chiara, para mí también fue confuso la primera vez que estuve aquí. El caso es que todos lo hacemos. Siempre que tenemos que cubrir casos importantes o ir a eventos, venimos aquí. No queremos que nos vean con nuestra ropa de diario. A veces, vestirse con el mismo atuendo que los demás nos ayuda a cumplir nuestras misiones, que es conseguir información. —Britanny habló con mucha confianza y profesionalidad. Era realmente muy competente.
